Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Mendoza
Voto de LOLITA:
5
Thriller. Intriga. Drama Dos brillantes jóvenes de clase alta cometen un asesinato sin motivo aparente; pero, aunque creen haber realizado un crimen perfecto, lo cierto es que han dejado pistas que los incriminan... (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2014
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Richard Fleischer ha dirigido varios éxitos de taquilla. Sus películas son un clásico norteamericano. Pertenece a una sector del cine Hollywoodense de esa época que poseía guiones muy herméticos y no se experimentaba con las tomas. Sin embargo, Fleischer se anima un poco más y se aventura con los planos. Juega con las sombras y las luces geométricamente. Un ejemplo es cuando Horn deja los lentes encontrados sobre la mesita de luz del hotel donde interrogan a los muchachos, y van pasando las horas por la luz del sol en los mismos. Otro plano interesante es cuando refleja las caras de los chicos en un vidrio de los lentes y la de Horn en otro.
Consta con la brillante actuación de Orson Welles, quien adopta un papel de justiciero agotado por la violencia que ve en el mundo.
Como suele pasar con las adaptaciones, casi siempre las películas se quedan cortas en comparación con los libros, y Compulsión no es la excepción. Hay algunas grietas en el aspecto psicológico de los asesinos, retratados minuciosamente hasta el hastío en la obra. En cambio, en el film los personajes pecan de trillados. Las personalidades de Artie y Judd son llevadas equívocamente al extremo. Lo cual, en parte, contradice la postura del escritor en donde se muestran a los adolescentes en “apariencia” normales de clase alta. Digo en “apariencia”, porque justamente el libro de a poco va a ir desmenuzando sus trastornos mas íntimos. Lentamente Leyer nos magnetiza con cada descubrimiento de sus compañeros más cercanos, y de los peritos psicológicos. En la película desde principio a fin se da todo por sentado. Los personajes son representaciones obvias y las actuaciones, propias del cine de esa época, son exageradas y poco realistas.
Todo el tiempo vemos a Judd como un simple cómplice de Artie, un títere que se deja dominar por los caprichos de su compañero. Cuando en verdad era un continuo juego desafiante e íntimo entre ambos.
También en la película Wilk decide arrebatadamente en el inicio del juicio declarar a sus clientes culpables, cuando en verdad esa determinación se acordó en una concienzuda discusión entre las familias de los criminales, los analistas y los abogados, como la única posibilidad para comenzar a humanizar a los (considerados socialmente) pequeños monstruos.
La película también decae al final, en el discurso de Jonathan Wilk. Si bien, es innegable que Orson Welles hace una actuación digna de admiración, el guion se ve debilitado al presentar sólo algunos aspectos del verdadero discurso. En el argumento original de defensa, se hace hincapié en las siguientes afirmaciones: Los asesinos son demasiado jóvenes para la pena de muerte, dicha sentencia solo traería mayor violencia a la sociedad, el crimen es resultado de los múltiples trastornos de ambos pero entendido sólo en conjunto, presentaban una disfunción emocional.
En contrapartida, en la película la tesis apela a la compasión, despliega parte de la culpa del crimen sobre los padres, pasa por alto el tema de no nombrar la noción legal de insania (de lo que tanto se cuidaron en el libro, así no les tocaba el jurado) hablando explícitamente de paranoia en Judd y esquizofrenia en Artie.
Queda un final abierto, en el que Wilk (que en la obra es ateo) piensa en la existencia de Dios. En un enfrentamiento con Judd, el abogado de Orson le responde desafiante si acaso no fue el todopoderoso, quién dejó caer sus lentes. Esto nunca sucede en el libro y contrariamente, mas que sostener la existencia de una divinidad, el texto apela a la filosofía materialista, y la fenomenología, y el psicoanálisis.

www.losojosdelolita.com.ar
Nadya Palacios
LOLITA
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow