Desde hace unos años, la presencia en los noticiarios de las mafias de los países del este, principalmente la rusa, es constante. Sobre todo en Europa, parece que estas mafias se han hecho con el dominio del crimen organizado: tráfico de armas, drogas, prostitución,…

En “Promesas del Este” se nos muestra con toda crudeza, a partir del diario de una prostituta que muere al dar a luz a una niña, como “trabajan” estas mafias. El funcionamiento interno de las mismas (las jerarquías, los ritos, los tatuajes, etc.) que se nos muestra en esta película, deja chiquitas, es un decir, a mafias como la “cosa nostra” o la “yakuza”.

Se trata de una dura e impresionante película que golpea al espectador una y otra vez, no sólo a través de escenas de una violencia inusitada, sino a través de la dramática historia que se nos cuenta.

Un gran guión, en el que todo queda atado y en el que se mezcla la brutalidad y la violencia con los sentimientos más nobles, aunque muchas veces no queden explícitos, hace que la película absorba al espectador a lo largo de todo su metraje que, por otro lado, tiene la duración precisa.

Los actores están todos inmensos, destacando Naomi Watts y, sobre todo, Viggo Mortensen. La interpretación de este último es de las que permanecerán en la memoria, creando un personaje ambiguo y frío pero, a la vez, lleno de matices.

Después de la excelente “Una historia de violencia”, interpretada también por Mortensen, David Cronenberg mejora todavía más sus registros, filmando esta película que roza la obra maestra.