Sam Raimi hizo esta película y cambió el cine gore para siempre. Su fascinación por el comic le obligó a imprimir un acabado de historieta y un ritmo como nunca antes se había visto en el cine de terror. "Evil Dead" no es una película para estómagos fuertes y si me apurais, pues creo que eso era justamente lo que buscaba Raimi. Hay escenas realmente contundentes y litros de sangre, pero es el ritmo enloquecido por momentos, y aterradoramente quieto en otros lo que hace a esta película tan especial. Las actuaciones, salvo la de su actor fetiche Bruce Campbell, no son de lo más profesionales, pero los efectos gore están bastante bien y su idea sobre el aspecto de los demonios es, por lo menos, sumamente original. La idea de cinco chicos que inadvertidamente invocan a unos demonios al leer un libro encontrado en el sótano de una cabaña aparentemente bucólica fue después explotada al máximo en incontables basuras gore, pero aquí la idea funciona y la escena en que los jóvenes empiezan a leer el conjuro despertando a los demonios del bosque es realmente para meter miedo.
Raimi hizo una segunda "Evil Dead" con más presupuesto y mayor mala leche, pero sin ser mala (de hecho, muchos la consideran mejor), esta primera me parece que conserva cierta inocencia y, por lo mismo, una mayor dosis de insania y truculencia, algo que los fanáticos del gore siempre agradeceremos. Lástima que después Raimi se adentrara en el maistream de Hollywood, aunque por allí tiene algunas joyitas como la excelente "Darkman".