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España España · Gijón
Voto de Sífrit:
5
Ciencia ficción. Intriga. Terror Tras la catástrofe de un transbordador espacial que se estrella contra la Tierra, una misteriosa epidemia comienza a alterar el comportamiento de los seres humanos. Una psiquiatra de Washington, Carol Bennell (Nicole Kidman), junto con varios científicos, descubren que el origen de la epidemia es extraterrestre, y que se está expandiéndose a toda prisa por todo el planeta, infectando a los humanos en una mutación de su ADN que hace que ... [+]
18 de septiembre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película tiene buen pulso y es razonablemente inquietante. No es ridícula. Hay pequeñas incongruencias y donde más flojea es en ciertas escenas de pura persecución. Sin embargo, para los que se empeñan en compararla con las dos versiones anteriores, puede decirse que esta añade un punto de ambigüedad a la historia en el que ni Don Siegel ni el otro director cuyo nombre no recuerdo (el de la versión de Donald Sutherland) se atrevieron a entrar: presenta el punto de vista de la "nueva humanidad" como algo que, si se mira racionalmente, está bien. En la versión de Siegel hay algunas escenas en las que los "conversos" tratan de hacer entrar en razón a los "humanos", pero nunca se expone el tema con tanta claridad como lo hace aquí Daniel Craig: para una humanidad unida y finalmente en paz, el único precio es renunciar a la individualidad y a su concepción egocéntrica radicada en los sentimientos personales. Naturalmente, Nicole Kidman elige poder "sentir" por encima de la armonía universal que le prometen. Tocar este tema en una sociedad totalmente articulada alrededor del "yo" egoísta y vanidoso es ya como mínimo audaz. No deja de ser curioso que en este paraíso contemporáneo de la sobreestimulación y el coleccionismo de experiencias y sensaciones -el mundo que defiende Kidman ante la epidemia racionalista de la película-, buena parte de la población acaba consumiendo fármacos antidepresivos o ansiolíticos que precisamente apagan las emociones.

Por supuesto se podría haber planteado con mayor decisión la película en estos términos sociológicos, pero al menos puede decirse que intenta invitar a la reflexión, en lugar de contribuir ciegamente a este culto moderno como hacen la mayoría.
Sífrit
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