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Voto de TucoBenedicto:
1
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7.0
11,437
Comedia. Drama
En tiempos de Brézhnev, Andreï Filipov, el mejor director de orquesta de la Unión Soviética, estaba al frente de la célebre orquesta del Bolchoï. Pero fue destituido al negarse a despedir a los músicos judíos, entre los que estaba Sacha, su mejor amigo. Treinta años después, sigue trabajando en el Bolchoï, pero como hombre de la limpieza. Un día en que se queda trabajando hasta muy tarde, descubre un fax dirigido al director del ... [+]
27 de diciembre de 2015
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No merece la pena, pero si quieres ver la película la crítica a continuación contiene algún spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Argumento: típica película americana en la que un entrenador de béisbol (o baloncesto o fútbol o soccer o jockey o frisbee) coge a un equipo de mierda con chavales que juegan en la calle y al final ganan el campeonato que sea contra un equipo profesional de figuritas.
La diferencia es que aquí no son un equipo de ningún deporte sino una orquesta sinfónica en la que la mayoría de los componentes no han tocado juntos, o no han tocado directamente en años, ni tienen instrumentos, ni tiempo para afinarlos, ni para ensayar, ni ganas de hacerlo… ni falta que les hace, porque al final solo están de acompañamiento de una violinista que no ha tocado a Tchaikovski en su vida y no ensaya… ni falta que le hace, porque su madre se volvió majara tocando ese mismo concierto en el aire, en plan violin hero, así que eso se tiene que notar… alguna mutación genética tendrá esa muchacha.
La película sigue además la estructura fija de cualquier comedia francesa simplona (es decir, de cualquier comedia francesa de la última década), con su antihéroe atormentado y su amigo fiel y bonachón (el parecido en este caso con Obelix es enternecedor).
Es decir, tiene todos los ingredientes para que la película sea un truño, pero…
…pero, Mihaileanu es medio rumano y medio judío, y eso le permite reírse de los judíos, de los comunistas, de los eslavos, de los franceses, de los oligarcas del gas y del arte… de todo dios, es decir, de sí mismo.
No es que sea un desenfreno, pero la película está salpicada de pequeños detalles que la podrían salvar de la mediocridad a la que parece encaminada…
…hasta que llega el final con un mapa viejuno con un avioncito marcando los lugares de los próximos conciertos y portadas de periódicos con los próximos éxitos (como si alguna vez un periódico hubiera dedicado una portada a un concierto de música clásica) y el antihéroe atormentado con chupa de cuero haciendo una peineta y la violinista llorando y un abrazo final con fundido en negro…
Así que si algunos detalles iban a salvar la película es justo que sean también otros detalles la que la hundan finalmente en la nota mínima.
La diferencia es que aquí no son un equipo de ningún deporte sino una orquesta sinfónica en la que la mayoría de los componentes no han tocado juntos, o no han tocado directamente en años, ni tienen instrumentos, ni tiempo para afinarlos, ni para ensayar, ni ganas de hacerlo… ni falta que les hace, porque al final solo están de acompañamiento de una violinista que no ha tocado a Tchaikovski en su vida y no ensaya… ni falta que le hace, porque su madre se volvió majara tocando ese mismo concierto en el aire, en plan violin hero, así que eso se tiene que notar… alguna mutación genética tendrá esa muchacha.
La película sigue además la estructura fija de cualquier comedia francesa simplona (es decir, de cualquier comedia francesa de la última década), con su antihéroe atormentado y su amigo fiel y bonachón (el parecido en este caso con Obelix es enternecedor).
Es decir, tiene todos los ingredientes para que la película sea un truño, pero…
…pero, Mihaileanu es medio rumano y medio judío, y eso le permite reírse de los judíos, de los comunistas, de los eslavos, de los franceses, de los oligarcas del gas y del arte… de todo dios, es decir, de sí mismo.
No es que sea un desenfreno, pero la película está salpicada de pequeños detalles que la podrían salvar de la mediocridad a la que parece encaminada…
…hasta que llega el final con un mapa viejuno con un avioncito marcando los lugares de los próximos conciertos y portadas de periódicos con los próximos éxitos (como si alguna vez un periódico hubiera dedicado una portada a un concierto de música clásica) y el antihéroe atormentado con chupa de cuero haciendo una peineta y la violinista llorando y un abrazo final con fundido en negro…
Así que si algunos detalles iban a salvar la película es justo que sean también otros detalles la que la hundan finalmente en la nota mínima.