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Voto de Basurde84:
10
Drama En un remoto valle de Islandia, dos hermanos que no se hablan desde hace más de cuarenta años deberán unir fuerzas para salvar su bien más preciado: su rebaño de carneros. (FILMAFFINITY)
21 de noviembre de 2015
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La crisis financiera que sufrió Islandia en el 2008 sirvió para recordar a su población que su país no siempre fue un modelo perfecto de estado social. De hecho, hasta comienzos del s.XX, esta isla, colonia maltratada por la metrópoli danesa, era una de las zonas más pobres de Europa occidental: hambrunas, enfermedades infecciosas, emigración y una población a merced de una naturaleza hostil.
Grímur Hákonarson nos presenta un lienzo de la Islandia rural, la de siempre, la de verdad. El director lo hace sin pretensiones grandilocuentes, con un tono frío y áspero, salpicado convenientemente con breves pinceladas de humor negro. Los protagonistas, Gummi y Kiddi, constituyen el último reducto de un mundo en extinción. El director propone una alegoría que equipara el exterminio institucionalizado de una raza autóctona de ovejas con la desaparición de un modo de vida rural que había subsistido durante siglos. Sin embargo, los dos hermanos, los cuales llevan sin hablarse cuarenta años, se resisten a que su realidad desaparezca y unen desesperadamente sus fuerzas para luchar contra su inevitable y trágico destino. Saben que no se trata sólo de la desaparición de sus carneros, se trata de la desaparición de todo su mundo, de sus raíces, de su propia existencia.
En esta trama, el director concede un papel estelar al paisaje. Éste moldea el carácter de los protagonistas, nada escapa a su control y su poderío cobra fuerza conforme avanza la película. El espectador puede captar la desolación del entorno, los olores del establo, el tacto de los carneros, y sentir desde su butaca cómo el frío traspasa su cuerpo hasta los huesos. Los tonos fríos apabullan y plasman la insignificancia del hombre ante la naturaleza.
Sin embargo, además de constituir un fresco sobre la sociedad ganadera de los remotos valles de Islandia, Grímur Hákonarson hace un certero análisis sobre la complejidad de las relaciones humanas: Las relaciones familiares, el esfuerzo que supone alimentar viejos resentimientos durante casi toda una vida, y sobre todo, la tenue línea que separa el odio del amor, porque estos dos sentimientos contrapuestos son, frecuentemente, dos ramas de un mismo árbol.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Basurde84
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