Una peli muy infravalorada que no sólo es entretenida, sino que además cuenta con unos efectos especiales que son la hostia, y no exagero en mis palabras. Han transcurrido 20 años desde su realización, y aún a día de hoy sigue siendo una cinta infravalorada. La historia no se asemeja prácticamente en nada a la clásica de toda la vida que se ha contado acerca del personaje del hombre invisible, lo dicho, prácticamente en nada. Un científico, interpretado muy bien por Kevin Bacon, descubre la forma de volver a ser visible después de la invisibilidad. Tras el éxito de su experimento decide probar en sí mismo el "don" de la invisibilidad, pero por problemas a la hora de recuperar la visibilidad de su cuerpo se ve obligado a permanecer invisible hasta que su equipo encuentre una solución. El hombre invisible, Sebastian Caine, es un genio egocéntrico que se cree superior a los demás por su alta inteligencia, pero su egocentrismo es tan enfermizo, que no tiene absolutamente ningún miramiento por la gente que le rodea. Y esa faceta oscura aumenta cuando se da cuenta de todo cuanto es capaz de hacer bajo esa forma en la que no puede ser visto. Un hombre sin sombra que no tiene piedad ni escrúpulos es un villano siempre atemorizante porque no puede ser detectado antes de actuar. La película enfoca muy bien ese aspecto aterrador de la invisibilidad, aunque no opino como otros que el antagonista experimenta un cambio en su personalidad, ya que como bien se ve al principio del filme Sebastian siempre tuvo malicia. He visto esta peli porque se acaba de estrenar una nueva sobre el hombre invisible y tengo pensado verla lo más pronto que me sea posible. Después de ver el tráiler auguro que dicha producción se parecerá a esta.