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Voto de Nelson 23:
3
6 de enero de 2021
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil hablar de esta película sin hacer spoiler. Tampoco es fácil decir algo que no se hubiera mencionado ya, por la gran cantidad de comentarios que suscitó, pero se intentará.
Película de solo dos personajes que tarda un poco en empezar por los diálogos mayormente superfluos que abundan. Son dos personas que se conocieron por internet y al fin concretan una cita, conversan amigablemente, una cosa lleva a la otra y terminan juntas dentro de 4 paredes. De a poco, muy lentamente, se va revelando que una está sedienta de sexo y la otra de sangre. En vez de atacarse rápidamente una a la otra, como parecería lógico, todavía se dedican a seguir conversando y finalmente una de ellas muestra sus cartas, (o sus garras, muy afiladas) y al fin, a lo que vinimos, pero con más diálogos y en otro tono, con intimidaciones, burlas, alguna revelación más y sermones.
Con un estilo típico del cine independiente (muchos primeros planos especialmente al inicio), gradualmente y como un reverso del clásico cuento de la Caperucita Roja, Hard Candy narra la consolidación de una agresión artificiosa y muy calculada (se da a entender no muy claramente que es del tipo venganza no muy personal), donde muchas cosas pueden salir mal. Sin embargo, el plan se va desarrollando paso a paso por obra y gracia de un guion ingenuo, por decir lo menos.
Pretende ser un inteligente drama y thriller sicológico, pero lo que consigue, involuntariamente al parecer, es un flojo nivel de comedia negra y una snuff movie no muy explícita.
Lo mejor que se puede decir de este filme es que las actuaciones son buenas, dentro de un ámbito mal planteado. También que levanta polvo, patea el tablero, pero no de buena manera, y es que tal vez no hay mejor modo de dejar fuerte impresión que escandalizando.
Película de solo dos personajes que tarda un poco en empezar por los diálogos mayormente superfluos que abundan. Son dos personas que se conocieron por internet y al fin concretan una cita, conversan amigablemente, una cosa lleva a la otra y terminan juntas dentro de 4 paredes. De a poco, muy lentamente, se va revelando que una está sedienta de sexo y la otra de sangre. En vez de atacarse rápidamente una a la otra, como parecería lógico, todavía se dedican a seguir conversando y finalmente una de ellas muestra sus cartas, (o sus garras, muy afiladas) y al fin, a lo que vinimos, pero con más diálogos y en otro tono, con intimidaciones, burlas, alguna revelación más y sermones.
Con un estilo típico del cine independiente (muchos primeros planos especialmente al inicio), gradualmente y como un reverso del clásico cuento de la Caperucita Roja, Hard Candy narra la consolidación de una agresión artificiosa y muy calculada (se da a entender no muy claramente que es del tipo venganza no muy personal), donde muchas cosas pueden salir mal. Sin embargo, el plan se va desarrollando paso a paso por obra y gracia de un guion ingenuo, por decir lo menos.
Pretende ser un inteligente drama y thriller sicológico, pero lo que consigue, involuntariamente al parecer, es un flojo nivel de comedia negra y una snuff movie no muy explícita.
Lo mejor que se puede decir de este filme es que las actuaciones son buenas, dentro de un ámbito mal planteado. También que levanta polvo, patea el tablero, pero no de buena manera, y es que tal vez no hay mejor modo de dejar fuerte impresión que escandalizando.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Un mejor título para este filme podría ser Caperucita Mengele. Y es que la hazaña perpetrada por la protagonista es digna del infame doctor nazi. El problema es que, tal como la presentan, nuestra aprendiz del Angel de la Muerte no puede tener las habilidades físicas, emocionales ni académicas requeridas para someter por completo tanto el cuerpo como la voluntad de su presa, pero aun así avanza en su propósito como si nada. En cierto momento utiliza una explicación absurda para justificar alguna destreza, que parece más dirigida al público que a su contraparte en la película.
Para narrar cómo el ratón juega con el gato antes de devorarlo, o cómo David atormenta a placer a Goliat antes de tumbarlo, se necesita de una gran habilidad que, salvo en el plano puramente actoral, esta película no tiene.
Pese a las insalvables contradicciones, la persona anteriormente conocida como Ellen Page desarrolla un buen trabajo. Sus expresiones son correctas para cada momento del filme, pero habla demasiado y hace que los pocos lapsos en que muestra flaquezas terminen siendo insignificantes para la trama, sólo una concesión lastimosa para darle algo de credibilidad al conjunto. Hay momentos en que su frialdad y apatía la hacen aparecer como la auténtica sicópata peligrosa del dúo (a lo mejor esa es la impresión que deseaba dejar el guion o el director).
El hecho de que Ellen ahora (en 2021) sea Elliot, sólo aumenta el morbo que sigue suscitando este filme. Hace que la leyenda de Hard Candy continúe.
Para narrar cómo el ratón juega con el gato antes de devorarlo, o cómo David atormenta a placer a Goliat antes de tumbarlo, se necesita de una gran habilidad que, salvo en el plano puramente actoral, esta película no tiene.
Pese a las insalvables contradicciones, la persona anteriormente conocida como Ellen Page desarrolla un buen trabajo. Sus expresiones son correctas para cada momento del filme, pero habla demasiado y hace que los pocos lapsos en que muestra flaquezas terminen siendo insignificantes para la trama, sólo una concesión lastimosa para darle algo de credibilidad al conjunto. Hay momentos en que su frialdad y apatía la hacen aparecer como la auténtica sicópata peligrosa del dúo (a lo mejor esa es la impresión que deseaba dejar el guion o el director).
El hecho de que Ellen ahora (en 2021) sea Elliot, sólo aumenta el morbo que sigue suscitando este filme. Hace que la leyenda de Hard Candy continúe.