Hay películas cuya sinopsis llega a ser más extensa y esclarecedora que el propio guión. "La Carretera" es una de ellas.

Tengo hambre, papá. Vamos hacia el sur. No toques a mi hijo.

Ahora podríamos comenzar a hablar todo lo que quisiéramos acerca de la supervivencia en un mundo hostil, el canibalismo y el incondicional amor de un padre a su hijo, pero, ¿sería por ello mejor película "La Carretera"? Creo que no. Y me niego en redondo a reflexionar lo que su director ni siquiera se planteó a la hora de enfrentar este trabajo.

O muchos detalles se me escapan o "La Carretera" es una de las peores road movies que he visto en mi vida. Vacía y sin aliciente. Un inmenso "por qué", además de la consecuente cara de asombro, es el único poso que deja tras su visión.

Aceptamos que no se nos explique cómo llegó el planeta a ese lamentable estado, vale, es lo de menos, para eso ya está el engañoso tráiler que se encarga de apuntarlo pero, ¿por qué esa absurda actitud de la madre?, ¿por qué hacia el sur y no hacia el este si la devastación lo ha asolado todo?, y sobre todo, ¿por qué ese final tan rematadamente malo? Por muy buena ambientación que pueda tener este film, siento decir que una única escena (la del sótano) no salva el conjunto. "The Road" nunca debió pasar de un gris mediometraje; no hay mucha tela que cortar. Robert Duvall y Guy Pearce, mero reclamo.

Lástima, parecía a priori un trabajo interesante...