En un ridículo futuro, donde la poli es ya gilipollas del todo, deshielan de su gélido encarcelamiento a un negro muy malo y repleto de clichés, que comienza a sembrar el pánico en una sociedad pija y amanerada donde se ha erradicado el buen gusto. Para combatirlo deshielan también al Stallone, que con su exceso de testosterona y su ignorancia se supone que ha de ser gracioso, pese a que no consiga más que provocar verguenza ajena, quien consigue levantarse a la pibita, que no es otra que la Bullock, a la que no le hace ninguna falta ser del futuro ni policía gilipollas para ser ridícula. Para acabar de rematar el esperpento, aparecen también una especie de guerrilleros pijos y medio subnormales, que viven en las cloacas y se pasan el dia haciendo discursos sin pies ni cabeza, y los malos (que están a un paso de salir del armario y desarrollar una apoteósica carrera de drag-queens en Las Vegas, pero no se acaban de decidir) que son como senadores romanos, pero perdiendo aceite.
Más o menos es en ese momento (en la visita a las cloacas, claro; no en lo del aceite) cuando suelo dejar de ver este infumable bodrio, que no sé porque emiten cada diez días por cualquier cadena, y la verdad es que pese a no saber como acaba, puedo imaginarmelo con una claridad pristina. Ya he visto demasiados abortos fílmicos como para no poder hacerlo.
Solo recomendable para amantes de los pestiños de acción mononeuronal tipicos de los señores Stallone y Snipes, o para usuarios que se han repasado toda la carrera de la Bullock e, incomprensiblemente, aún no se han dado cuenta de que el nombre de esa señora y la palabra "cine", jamás deberían compartir la misma frase.