Todo el mundo al ver el cartel de la película y Adam Sandler como actor principal pensaría, aquí tenemos a la típica película americana tontorrona y con un argumento para coeficientes mentales bajos, pero sin duda al verla te das cuenta de que nada de eso. Manda un mensaje fundamental, y es que hay que vivir cada minuto, que cuando te das cuenta el tiempo ha pasado y no hay forma de recuperarlo. Confieso que se me saltaron las lágrimas en una escena, de ahí que catalogarla como comedía me parecería un poco precipitado. Muy recomendable.