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Voto de FernandoArderius:
7
Drama Jojo tiene unos diez años y vive con su padre, casi siempre ausente debido a su trabajo. Según Jojo, su madre – una cantante country– está de gira. Su padre no pasa por un buen momento y Jojo oscila entre una precoz independencia y la necesidad de contención. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2020
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Por suerte, siguen llegando a nuestras carteleras cintas premiadas en festivales de cine europeos y presentes en la pasada edición de los Óscar. Esta vez es el turno de Kauwboy, primera película del holandés Boudewijn Koole –tras dirigir numerosos cortos y documentales en su país; también ha escrito el guión junto a Jolein Laarman– que ha sido galardonada con el premio de la Juventud y Mejor Ópera Prima en la 62º edición de la Berlinale y con el Premio Discovery dentro de los premios del Cine Europeo 2012, además de ser elegida para representar a Los Países Bajos como mejor película de habla no inglesa en los Óscars 2013.

El protagonista de esta historia de cine independiente es Jojo, un niño alegre e imaginativo de 10 años (interpretado por un gran Rick Lens) que visto el triste ambiente en su casa, con una madre cantante de country, ausente de gira, y con un padre (Loek Peters) deprimido e inestable, solo encuentra una vía de escape en su nuevo y único amigo Jack, una cría de grajo a la que adopta al caerse del nido y que acogerá en su casa, con el desconocimiento de su padre que opina que plantas y animales deberían vivir en libertad.

Aún así Jojo se convierte poco a poco en una madre improvisada del grajo mientras los problemas en el colegio y la curiosidad por las chicas empiezan a aparecer sin que su melancólico padre parezca darse cuenta y su hijo se le va escapando de las manos hasta que la situación llegará a tal punto que se hará insostenible.

Una trama sencilla en apariencia pero también muy compleja. La ópera prima de Boudewijn Koole es un drama contado desde la perspectiva de un chaval de 10 años, una visión simpática sobre la niñez que te arranca tanto sonrisas como carcajadas pero que en ocasiones te conmueve enormemente por su gran intensidad, sobre todo gracias a la gran química de los dos personajes protagonistas (destaca la escena del cumpleaños) pero también gracias a una buena fotografía y a una mejor banda sonora que se amolda perfectamente a todo tipo de emociones y situaciones.

Porque eso es lo más destacable de Kauwboy, pasa de la sonrisa al drama y viceversa sin despeinarse, de manera natural y dejándonos varias reflexiones muy serias sobre la vida por el camino, una historia en la que no importa tanto el qué sino el cómo y que como al grajo de Jojo, no te arrepentirás si les das una oportunidad.
FernandoArderius
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