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Voto de Of The Assumption:
9
5.8
391
Drama. Terror. Thriller. Aventuras. Fantástico
Es Halloween en el año 1997, la última noche de instituto para Corey, Jango y su pandilla de skaters, Los Gromits. La infancia se acaba y la vida adulta les llama. Pero para Corey, su pasado tiene algunos asuntos pendientes. Cuando se encuentra con Jonah, un antiguo amigo de la infancia, pero ahora víctima de la vena cruel de Jango, Corey se apiada de él y acepta caminar con él hasta casa para recordar los viejos tiempos. Lo que ... [+]
7 de enero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Pan, Naoko, la fuente de la eterna juventud, el miedo a crecer, a asumir responsabilidades, a ser adulto. Un temor antiguo como la vida misma. El tiempo nos derrota a todos segundo a segundo, y nadie se libra de esta inquietud. Y hay momentos especialmente propicios para ello. Por ejemplo la última noche de instituto, en esa etapa de transición entre lo establecido y la primera elección importante de una vida.
La película nos muestra a su protagonista, Corey, un chaval que quiere ser fotógrafo integrado en la pandilla de su pueblo y en las rutinas del mismo, y a Jonah, el clásico marginado que sufre bullying. Desde el principio se ve que hay algún tipo de relación entre ambos. Es Halloween, noche de brujas, la noche de transición de espíritus, la noche que se abre la puerta. Samhein. Y pronto descubriremos que, en el pasado, Jonah y Corey eran amigos. Lo sabremos porque esa noche, Jonah convence a Corey para retrotraerse a un juego infantil que hacían en Halloween. Con fantasía, aventuras y muchas historias de terror.
Decía Nietzsche que "La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño." Y a través del juego que conduce Jonah, Corey reflexionará en estos momentos de transición sobre quién es, qué quiere de la vida, los peligros, los sueños rotos y los miedos reales en contraposición a los imaginarios. Pronto evoluciona de ser un puro producto de cine adolescente a algo más. Sin llegar a definirse entre thriller psicológico o fantasía adolescente, crece a medida que pasan los minutos, como una metáfora de la vida de sus protagonistas, hasta entremezclar lo real y lo imaginario la noche de transición.
Muchas cosas a destacar. Entre otras: la inteligencia que demuestra un guión bastante sobrio en palabras, pero maravillosamente rico en matices; el ambiente y la iluminación nocturnas, con los logrados juegos de sombras y luces y un apartado técnico y sonoro bastante adecuado a la historia (la escena del requiem de los muertos es fantástica en este aspecto); y quizá esto sea una simple apreciación personal, pero el aire retro de los noventa está estupendamente conseguido.
Quizá le falten algunas cosas, sobre todo la aparición de personajes femeninos, más y más verosímiles y con más peso en la historia. Tampoco el epílogo aporta demasiado al desarrollo pero en líneas generales cumple muy bien lo que pretende. Un triunfo para un cineasta que, a diferencia de sus personajes, no parece tener miedo a crecer, aunque sea como artista.
La película nos muestra a su protagonista, Corey, un chaval que quiere ser fotógrafo integrado en la pandilla de su pueblo y en las rutinas del mismo, y a Jonah, el clásico marginado que sufre bullying. Desde el principio se ve que hay algún tipo de relación entre ambos. Es Halloween, noche de brujas, la noche de transición de espíritus, la noche que se abre la puerta. Samhein. Y pronto descubriremos que, en el pasado, Jonah y Corey eran amigos. Lo sabremos porque esa noche, Jonah convence a Corey para retrotraerse a un juego infantil que hacían en Halloween. Con fantasía, aventuras y muchas historias de terror.
Decía Nietzsche que "La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño." Y a través del juego que conduce Jonah, Corey reflexionará en estos momentos de transición sobre quién es, qué quiere de la vida, los peligros, los sueños rotos y los miedos reales en contraposición a los imaginarios. Pronto evoluciona de ser un puro producto de cine adolescente a algo más. Sin llegar a definirse entre thriller psicológico o fantasía adolescente, crece a medida que pasan los minutos, como una metáfora de la vida de sus protagonistas, hasta entremezclar lo real y lo imaginario la noche de transición.
Muchas cosas a destacar. Entre otras: la inteligencia que demuestra un guión bastante sobrio en palabras, pero maravillosamente rico en matices; el ambiente y la iluminación nocturnas, con los logrados juegos de sombras y luces y un apartado técnico y sonoro bastante adecuado a la historia (la escena del requiem de los muertos es fantástica en este aspecto); y quizá esto sea una simple apreciación personal, pero el aire retro de los noventa está estupendamente conseguido.
Quizá le falten algunas cosas, sobre todo la aparición de personajes femeninos, más y más verosímiles y con más peso en la historia. Tampoco el epílogo aporta demasiado al desarrollo pero en líneas generales cumple muy bien lo que pretende. Un triunfo para un cineasta que, a diferencia de sus personajes, no parece tener miedo a crecer, aunque sea como artista.