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Voto de billywilder73:
6
Terror Kristy, Ben y Liz son tres jóvenes excursionistas que se adentran en el Parque Nacional de Wolf Creek, en Australia. Los problemas empiezan cuando su coche no arranca. Mientras buscan ayuda, se cruzan con Mick Taylor, un agradable habitante de la zona que les promete reparar el vehículo. Los jóvenes acceden a acompañarle a su campamento, sin saber que su viaje se convertirá en una encrucijada terrorífica... (FILMAFFINITY)
1 de agosto de 2018
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Wolf Creek no es una buena película, pero tiene reminiscencias de dos obras maestras, La matanza de Texas y Apocalypse now; y eso, viendo el panorama actual, ya es mucho.

El personaje principal, un Cocodrilo Dundee al que le falta un tornillo es horrible por excesivo. La película no debería hablar de locos sino de egos y de la condición humana. Ahí radica la reflexión más importante que se apunta.

Porque tanto en la jungla camboyana, en el sur despoblado y analfabeto de los Estados Unidos o en el desierto eterno de Australia se vislumbra el infierno, un infierno de silencios e impotencia que busca un rey, un retorno a la naturaleza donde, aislados de una sociedad que a duras penas contiene nuestra maldad, fluye salvaje nuestra mala leche.

Decía Hobbes que los deseos y otras pasiones del hombre, no son en sí mismos pecados y que tampoco lo eran las acciones que proceden de esas pasiones hasta que conocen una ley que las prohíbe. Podemos entender mejor a los monstruos.

Porque Leatherface no sólo es un monstruo, es un Dios que se quedó en el paro y que dejado de lado por la Inem americana sigue haciendo lo que hacía en el matadero, degollar; el coronel Kurtz, es un suicida y también un Dios que como Bush no encuentra nadie que se atreva a censurarle; y el asesino de Wolf creek es otro Dios que a falta de canguros caza adanes y evas en su edén particular.
No aceptamos ser sólo humanos, queremos ser dioses. Por eso nos atraen todos los seres que llamamos malvados, porque ellos sí son libres y hacen realidad lo que a nosotros sólo nos es permitido soñar.

El terror aquí surge del propio hombre - como en esa maravilla desconocida llamada Breakdown o en la cumbre del cine de terror, El resplandor – y es representado por la imposibilidad de escapar. Fuera de la sociedad que nos cobija, aislados en la naturaleza bella e inmisericordiosa, todo puede ocurrir.

Por desgracia la película se pierde a mitad de camino y ya no se encuentra. Los giros en el guión son absolutamente inverosímiles, nadie actuaría como los protagonistas de Wolf creek si estuviéramos en peligro; y borran de un plumazo toda la brillantez de partida.

Como decía Coppola, lo primitivo sigue vivo en nosotros, ¿cómo os comportaréis si os encontráis en el centro de África adorado por los indígenas, o si sois como Cortés, en México, o si os sentís liberados del juicio de los demás o incluso de vuestras propias convicciones morales?

Quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.
billywilder73
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