Destaco elementos positivos en esta serie. Nos permite entrar en bellos y recónditos lugares de la Ciudad del Vaticano, gozar con Diane Keaton otros excelentes actores como el secretario de estado. Encuentro la serie, sin embargo, de bajo nivel de contenido. Anécdotas, escenas ambiguas, equívocas. El mundo de las intrigas está visto desde fuera, no se tiene en cuenta la (supuesta) fe de los cardenales. No ahonda, ha perdido la oportunidad, de señalar los verdaderos problemas del Vaticano porquer no lo pretende, su pretención es la de deslumbrar, por una parte a un Papa joven, bello- eso va a gustos- en chandal y en otrosd momentos barrocamente revestido para pronunciar ante los cardenales un discurso completamente vacío. ¿Papa conservador? Extraterrestre, diría yo.