De niño, tardé cerca de dos años en ver en el cine "La Guerra de las Galaxias". La distribución en mi ciudad era pésima. Así que me agarraba a colecciones de cromos y cómics. La Editorial Bruguera lanzó los comics de Marvel sobre el filme. En ellos aparecían personajes, como Biggs y los amigos de Luke en Tatooine , o Jabba y sus matones en el espaciopuerto de Mos Esley. Prácticamente me aprendí las escenas y sus diálogos. Cuando por fin ví la película en el cine, me la sabía de memoria, pero esas escenas iniciales en Tatooine no estaban. Ahora ya sé porqué. Se quedaron en la mesa de montaje gracias a los tres editores, que, por cierto, ganaron el óscar ese año.

El documental no nos cuenta como al quitar esas escenas iniciales influyeron en quitar las escenas posteriores donde aparece Biggs, en la base de los rebeldes, antes de partir hacia el combate final. El personaje sí aparece como piloto, pero como otros más, sin relevancia sentimental. Cuando muere, no muere el mejor amigo de Luke, sino otro más, el llamado Rojo Tres.

A tenor de lo que se relata, la decisión de remontar escenas, añadir voces y escenas o suprimirlas fue acertado, pero a Lucas le debió quedar la mosca tras la oreja. En las ediciones que se hicieron décadas más tarde, retomó algunas escenas, como la de Jabba en el espaciopuerto o la de Biggs en los hangares antes de la batalla final. Y no quedaban tan mal. Aunque en el documental se critica.

Pienso en el actor que hizo de Biggs, Garrick Hagon, cuando se vió fuera del montaje final, con todas sus escenas de diálogos cortadas en la película más famosa de la historia. Le debió resultar un mazazo. Ha tenido una larga carrera en secundarios en TV, pero nadie le asocia con Star Wars. A veces los editores, con sus tijeras, cortan, no solo un filme, sino la carrera, los sueños y la vida de un actor. Va por ti, Garrick.