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Argentina Argentina · Rosario, Santa fé
Voto de DaniLoud:
8
Drama. Comedia Warren Schmidt (Jack Nicholson) se acaba de jubilar y se siente completamente desorientado. Además, no puede soportar la idea de que su única hija (Hope Davis) se case con un necio. Por si esto fuera poco, su mujer muere repentinamente. Tratando de darle algún sentido a su vida, decide emprender un viaje en busca de sus raíces. Después de cruzar el estado de Nebraska en caravana, llega a Denver, la ciudad donde vive su hija. Tras ... [+]
29 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
<<Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación>>, palabras pronunciadas por el poeta, filósofo y activista Henry David Thoreau que podrían ser, tranquilamente, el aforismo bajo el cual se irgue este filme que refleja como muchos de nosotros, diacrónicamente, vivimos.

Warren Schmidt, (Jack Nicholson), de 66 años, se acaba de retirar de su puesto como vicepresidente de una compañía aseguradora llamada Woodmen, tal vez pensando que pudo dar mucho más pese a su edad. No sólo deja a sus espaldas las ilusiones sublimadas del éxito, de la función significativa y trascendental, sino que también se ve colmado de superficialidades nebulosas y fútiles.
Es entonces que conocemos la crisis de un personaje extenuado pero propenso a la actividad, que, ahora, sólo lee su correspondencia e intenta resolver crucigramas en su residencia de Omaha, Nebraska. Warren probablemente ha tenido una vida plena pero, endógenamente, se siente desechado, hundido en el sinsentido de la 'rutina de la nada', cayendo levemente en una desorientación letárgica. Considerando las inclinaciones de Payne, esto puede llegar a ser una satirización de la instrumentalización del capitalismo voraz y corporativo.

Más encima, Helen, esposa de Warren, muere repentinamente de un coágulo cerebral y Warren se ve sumido en el vicioso dolor, la impotencia de la pérdida y la soledad lúgubre. Para ese momento, ya nos ha comprado.

El guion de Payne y Taylor es un boom de nihilismo, un balance ecuánime entre tragedia y comedia, entre esperanza y desesperación, entre optimismo y pesimismo pero la comprensión y la complicidad con el protagonista se ve intacta; la mente del señor Schmidt se vislumbra como una válvula a punto de estallar, (vinculado a la teoría freudiana), sin embargo, las implicaciones ácratas del libreto se vuelcan sobre una idea aún más trabajada, la acomplejada depresión de un hombre maduro, que ya ha tenido sus años dorados y que se va adaptando, poco a poco, a la embatada de ironía y amargura que ha golpeado a su vida en el último tiempo.

A raíz de la relación epistolar con Ngundu y la travesía retrospectiva, el señor Schmidt termina siendo tan entrañable, honesto, errático y humano como podríamos pensar; es un hombre que admite sus errores y nosotros sólo podemos asentir y comprender sus actitudes, sus acciones, sus pensamientos sobre su hija, su esposa o su trabajo. Lo que ha logrado la película es toda una gesta de protagonista, un ensamblaje bivalente de actor y personaje, Nicholson parece, no la mejor elección para interpretar a Warren Schmidt, sino la única posible.

El hecho de que vengamos conociendo al actor hace tiempo y sepamos que bastante de su trabajo se ha centrado en héroes más compactos, imperturbables e intrépidos, hace que aquí choquemos fácilmente con las sensibilidades y limitaciones corrientes de un jubilado disconforme, inclusive, abierto a los ataques de nervios y la preocupación exasperante pero silenciosa.

Lo que resta de personajes son igualmente fantásticos; La Roberta de Bates es un deleite interpretativo y se compromete tanto a la sombra de Nicholson, que hasta fue nominada a una estatuilla dorada. Hope Davis y Dermot Mulroney, esas personas unidas por la cadena al borde la nupcia, podrían llegar a causar cierta ternura pero son maniacamente desagradables, esa clase de personas que son desconsideradas... bueno, en realidad, no los dos. Después, tenemos regresiones al modelo satírico cuando se menciona la estafa piramidal de Randall y encontramos el choque pseudo-cultural, alguien rodeado de quienes piensan diferente, es como cuando aceptas la invitación a una fiesta, sabiendo que no es lo mejor que podías hacer.

Esos últimos 2/4 en Denver son de risa por sentado, sin embargo, ciertamente se manejan como un 'hasta dónde aguantas' para Warren, querríamos que fuera la gota que derrama el vaso, empero Payne nunca quiso estropear el tono y eso termina sacrificando los momentos 'pez bajo el agua' del filme. El final, en contraste, es emotivamente potente, reflexivamente franco y plagado de humanidad.

Llevando a término ésta reseña, admitiré que nada hubiese sido lo mismo sin la música Rolfe Kent, nunca pensé que pensaría esto de un filme pero el sonido es tan relevante como la imagen y la doble faceta de Kent entre las piezas que suena a lo peculiar, engorroso e irónica de la vida, y aquellas que se unifican como el piano de la desolación incrementación esa sensación amarga, dulce y sensible del tono de la película.


En definitiva: Es esa capacidad del filme de llevar el contenido deprimente y agrio hacia la sofisticación, la gracia y la versatilidad lo que hace que Nicholson se inserte en nuestro corazón. Te despierta lágrimas, risas y un afecto indescriptible.

Calificación: 8.8/10
DaniLoud
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