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España España · Barcelona
Voto de kead:
1
Serie de TV. Comedia Serie de TV (2005-2013). 9 temporadas. 188 episodios. Corrosivo retrato de los miembros de una empresa. Versión americana de una popular serie británica de la BBC del mismo título. (FILMAFFINITY)
5 de abril de 2009
27 de 177 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vergüenza ajena. Esto es lo que da Steve Carell cada vez que abre la boca en The Office. Es para cruzar los dedos. Cuesta verlo. Cuesta escucharlo. Es tan rematadamente estúpido que entran ganas de cambiar de canal, pero no porque la serie no lo valga, sino porque es un personaje que se merece una buena torta. En cambio, The Office, es una serie excelente. Es buena, ni que sea por las ansias que coge uno de pegar al jefe. Esas ganas, esa indignación ante sus comentarios desafortunados, hacen valedora a esta serie de cierta credibilidad.

La premisa es básica: los quehaceres de los trabajadores de una oficina. El problema está en que Michael, el jefe, se cree un tipo muy simpático, bromista y empático. La triste realidad es que es un hombre pesado, forzado y egoista. Y aquí entra en juego un dilema al que a menudo se encuentra el espectador: ¿vale la pena mirar algo con lo que te lo pasas mal?

En The Office las meteduras de pata son de tan grandes dimensiones que uno ni puede reir y los empleados tienen unas vidas tan tristes (y conformistas) que uno no puede mofarse de ellos. La reacción que se acaba adoptando es la de observarlos, indignarse y pensar “qué gracioso” sin llegar a reírse. Por lo menos en mi caso, porque este remake de una comedia de Ricky Gervais (Extras) no es una sitcom al uso. En esta serie reírse sería una falta de respeto y delicadeza. Asimismo, al final de cada episodio la conclusión siempre es desangeladora. O quizás es problema mío, que tengo demasiado a flor de piel eso que se llama vergüenza ajena.

Sin embargo, no me parece justo que se le pongan laureles a Steve Carell por su desagradable papel. Tendría mérito si no hubiera visto nada más de él. Por mala suerte, sí que lo he hecho. Desde luego, después de verlo en la película Como la vida misma compartiendo cartel y romance con Juliette Binoche está claro que no necesita de un guión que lo mortifique para que él se convierta en lo más pesado de la función. En Pequeña Miss Sunshine quizás se salvó porque le tocaba un papel moderado y de deprimido, pero a la mínima que se le da rienda suelta a este actor se convierte en algo peor que un payaso. Afortunadamente, con The Office le ha tocado la gorda.
kead
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