Ante la avalancha de buenas criticas que obtenía la serie me animé a verla. Ya he visto todas las temporadas y puedo asegurar que ha merecido la pena.
La primera temporada no me gustó demasiado. Los actores lo hacían bien pero la historia me parecía un poco lenta, no me hacía vibrar. Personajes como Bubbles, el informador drogadicto, o el vengador Omar le daban cierta chispa a la historia y me animé a ver la segunda entrega.
La segunda temporada me encantó, era como si de repente una nueva y genial dimensión apareciera y me envolvía una historia llena de personajes reales, nada estereotipados y donde se profundizaba en sus sentimientos y anhelos. Se cruzaban y acababan reuniendo varias historias paralelas. Sublime, me supo a poco.
La tercera temporada vuelve al tema del tráfico de droga en las calles y se parece más a un documental. Aunque interesante no alcanza el nivel de la segunda temporada.
En la cuarta temporada cobra especial protagonismo el tema político de la ciudad de Báltimore y los problemas en la educación de los adolescentes de barrios conflictivos. Interesante, siguiendo ese aire de documental de critica social.
En la ultima temporada asistimos a un sublime tour de force entre los ardides policiales para sortear las trabas políticas que impiden terminar una labor de investigación que comenzó años atrás. Aparece el cuarto poder, la prensa de Báltimore, y juega un papel importante en el desarrollo de esta interesante trama, no exenta de ácida crítica social.