Primera película vista en el cine de este Nuevo Año 2020, primera crítica y todo lo que puedo decir, siendo muy conciso, es: PELICULÓN, esto es cine, joder, por OBRAS DE ARTE como esta es por las que merece la pena sentarse un par de horas en una sala de cine, así se empieza un año de buen cine.
Soy fan confeso del señor Sam Mendes, es de los mejores directores de cine que conozco, me he visto todas y cada una de sus películas, el tío ha tocado casi prácticamente todos los palos, todos los géneros, las tengo todas en DVD con la excepción de “Cabaret”, una versión televisiva del conocido musical que realizo un par de años antes que su MAGNÍFICO debut en la pantalla grande que fue “American Beauty”, además gracias a Mendes conservo un recuerdo con mi abuelo, cuando nos llevó a ver a mi hermano y a mí la espectacular “Camino a la Perdición”. Pues poco después del estreno de “Spectre” estaba yo echándole un vistazo a su ficha en IMDB y descubrí que su próximo proyecto iba a ser una película que llevaba por titulo un escueto número: “1917”. Sonreí y me froté las manos…
Me encanta la Historia, me flipa, era mi asignatura favorita en el instituto, la aprobaba sin estudiar y siempre he sentido (aunque no soy un erudito de ese momento histórico en particular) una cierta fascinación por la Primera Guerra Mundial, la Guerra que terminaría con las Guerras (aunque luego llegaron Hitler y la Segunda Guerra Mundial...), la primera guerra en la que se usaron armas químicas, como el gas mostaza,el alambre de espinos, ametralladoras refrigeradas por agua, aviones biplanos y tanques y luego los terribles, sangrientos y crueles combates en las trincheras en los que se empleaban bayonetas, espadas, machetes e incluso porras, una locura, vaya… Si hasta por culpa de unos calcetines mojados o unos simples rasguños en las manos te podías ir para el otro barrio cantando bajito... Y claro, cuando vi ese “1917” hice rápidamente la conexión.
El cine se ha acercado al conflicto de distintas maneras y formas, ejemplos varios: “Senderos de Gloria” de Stanley Kubrick, “Leyendas de Pasión” de Edward Zwick, "Largo Domingo de Noviazgo" de Jean-Pierre Jeunet, “War Horse” de Steven Spielberg, “El Maestro del Agua” de Russell Crowe, el biopic sobre “Tolkien” e, incluso a su manera, “Sucker Punch” de Zack Snyder realiza (a su manera) un extraño homenaje a la Primera Guerra Mundial, pero aunque todos los ejemplos citados me gustan en mayor o menor medida no había visto ninguna película sobre la Primera Guerra Mundial parecida a la de hoy pero: No voy a entrar en detalles, es una película que hay que ver en la que todas las escenas de la primera a la última son imprescindible y dignas de ser apreciadas en pantalla grande. (Por cierto: El trabajo de Sam Mendes tanto en “Skyfall” como en “Spectre” le ha servido para regalarnos las espectaculares secuencias de acción de esta magnífica cinta bélica).
La banda sonora orquestada por Thomas Newman, compositor habitual del señor Mendes, es espectacular, una pasada, ayuda mucho a que la película sea lo que es, sin una banda sonora semejante la película se vendría abajo como un castillo de naipes.
Sobre las actuaciones: Más breves o menos breves, mejores o peores, teniendo en cuenta semejantes actorazos (Colin Firth, Mark Strong, Benedict Cumberbatch) y aun así el que más sobresale es George MacKay. Ese chaval es una maquina de actuar, es de los mejores de su generación y su trabajo (por poner un ejemplo) en “Captain Fantastic” junto al gran Viggo Mortensen es una pasada.
Antes de terminar: Esta vez Sam Mendes ha hecho algo especial pues en poquísimas ocasiones he sentido escalofríos recorriendo mi espalda sentado en un cine...
¿Merece la pena esta nueva película de Sam Mendes? Maldita sea, ¿no he dado ya suficientes motivos para ir al cine corriendo a verla? Entonces ¿Qué hacéis leyendo mi crítica y no sentados en una buena sala de cine viéndola?
Unas últimas palabras para esta crítica de su autor:
"Las heridas que más duelen, las que más tardan en cicatrizar no son las del cuerpo, las que se ven, las que con más o menos tiempo sana, hay otro tiempo de heridas que no creo que sanen nunca..."