Bueno, la película parte de una premisa que el espectador tiene que creer poque si no nada de lo que viene detrás tiene sentido: Katherine Heigl es una tía que necesita ayuda para ligar. Quien crea esto puede ya seguir tranquilamente viendo este engendro. El resto, que presiento somos mayoría, pueden apagar el aparato o coger un libro o ponerse a dormir.

La cosa es más o menos así.

- Uys, me gusta un médico buenorro que vive enfrente de mi casa pero como soy una gilipollas de cuidado, a pesar de estar como un quesito, él nunca se fijaría en mí.

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Ojo al dato. Se pretende mostrarnos cómo los hombres son totalmente básicos y prácticamente no piensan más que en follar (cosa ciertamente cierta en la inmensa mayoría de los casos y que todos sabemos ya a estas alturas perfectamente), peeeero sin embargo Heigl, que es guapérrima pero supertontísima, tiene problemas para conseguir que un tío folle con ella. ¿Me lo dices o me lo cuentas?

Continuamos: la teoría es que Heigl sólo puede conseguir que alguien quiera follar con ella si se pone extensiones en el pelo y unas bragas vibradoras para su "garbancito".

Y la pregunta es: si Heigl necesita esto para follar, qué no necesitarán las tías mondas y lirondas. Cómo es posible que la humanidad no se haya extinguido por falta de bragas vibradoras y extensiones de pelo que exciten a los tíos.

Y así todo, y así siempre.

En serio, mejor un libro. O mismamente el "Pronto".