Las dos películas se titulan igual, quizás la casualidad lo ha querido así, nunca lo sabré. Y es que las dos películas tienen mucho de la magia del cine, el viaje en barco, los pasajeros indiscretos, la isla de Madeira (la ciudad de Pinocho) y la Costa azul francesa, pero sobre todo Madeira parece el paraíso y donde los protagonistas se dan cuenta de que ese momento es el que les une para siempre.

Un buen guion para esta película romántica, precursora de las comedias románticas que posteriormente tanto éxito ha tenido en Hollywood. Pero es mas que una comedia romántica, leo McCarey toca el tema de la religión, la fidelidad y el compromiso desde un punto de vista conservador y aun así es una película de infidelidades. Cambia de la comedia al drama romántico, con un suspense a la altura de los grandes romances del cine.
Destaca como protagonista secundario el edificio Empire State, imponente y majestuoso. Un lugar al que esta película le convirtió en un punto de encuentro, el último piso de este edificio, la planta 102, es el lugar ideal para quedar dentro de seis meses y o dentro de diez años.

Una gozada ver la segunda sabiendo lo que va a pasar, el reencuentro en el teatro entre dos almas gemelas. Una película sobre sentimientos, un juego de los dos amantes a ver quién aguanta más sin que se les note que lo que hablan y lo que sientes son cosas diferentes. Sin querer hacer spoiler, si no lloráis con el final es que vuestro corazón se ha enfriado tanto como el Delali.