Una apuesta diferente, una película arriesgada con un buen resultado. Un clásico del cine de los 90 que yo no había visto, una extraña mezcla de thiller político del estilo de El nombre del padre y a la vez un cine reivindicativo muy adelantado a su tiempo. Neil Jordan hace un peliculón que impactó a Hollywood consiguiendo varios premios e importantes nominaciones para los Oscar en las categorías principales.

Stepen Rea hace un gran papel, un actor serio, sobrio que interpreta a todo un caballero. Nunca olvidare su gran interpretación de el tío ese, en El fin del romance, también del director Neil Jordan. Pero al lado de esta rara joya del cine estuvo Jaye Davidson haciendo una fantástica interpretación y Stephen Rea impertérrito conteniendo sus contradictorios sentimientos.

Jaye Davidson hace un papel brillante que en su debut consiguió una nominación al mejor actor de reparto, compitiendo con Gene Hackamn, con Jack Nicholson y con Al Pacino. Fue una de las historias mas curiosas del mundo del cine porque después de un debut tan sonado, interpreto otro papel porque le hicieron una oferta irrechazable y después se retiro para siempre del cine. No todo el mundo desea el éxito y el dinero, la vida son mas cosas y Jaye Davidson dio una lección de carácter plantando a la industria del cine a pesar sus cualidades naturales para la interpretación.

Forrest Whitaker hace un corto papel pero esta presente en toda la película, quizás un poco sobre actuado, pero dándole cierta inocencia al personaje y aunque no quieras, el soldado Jody te acaba cayendo bien.
Miranda Richardson y Adrian Dunbar hacen buenos papeles de fanáticos, mala gente que no tiene nada que ver con el protagonista.
A mi me ha gustado mucho el personaje del camarero Col interpretado por Jim Broadbent, las conversaciones con Dil en la barra del bar son maravillosas, la manera que tiene ella de dirigirse a su amado a través del camarero, son de lo mejor de la película.

Si Pedro Almodóvar tuviera que rodar un thiller con tintes políticos, probablemente haría un remake de The Crying Game. Enhorabuena a Neil Jordan por conseguir una interpretación de Jaye tan creíble y tan natural.