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España España · terrassa
Voto de kevorkian:
6
Bélico. Drama Narra la historia de Desmond Doss, un joven médico militar que participó en la sangrienta batalla de Okinawa, en el Pacífico durante la II Guerra Mundial, y se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso. Doss quería servir a su país, pero desde pequeño se había hecho una promesa a sí mismo: no coger jamás ningún arma. (FILMAFFINITY)
23 de diciembre de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vuelve "El loco Mel", con un biopic sobre el primer objetor de conciencia americano (USA), sucediéndose los hechos en Okinawa (Japón ).

Gibson, mejor director que actor, haría bien en hacerse ver por un especialista profesional acreditado.

Es una buena película, pero el "Original Mad Max" exprime su "alter ego" cristiano, hasta que logra convertirlo en un "semi´Dios". y tanto desea imponer, que casi lleva a Andrew Gardfield a una especie de "Forrest Gump"
con sólidos principios cristianos.

La primera hora es de escuela clásica cinematográfica : presentación de personajes:

Un introito de la infancia, la disfunción familiar, el primer y único amor, convertirse en médico, ( algo que prácticamente no no se ve, solo se intuye ), su entrada voluntaria al ejercito tras el ataque de "Pearl Harbor", su choque con el sistema militar, su declaración de objetor de conciencia, la negativa de tocar un fusil, y el rechazo de compañeros y superiores al considerarlo, un cobarde ( los primeros ), y un afectado emocionalmente,(los segundos).

Todo esto ocupa la primera hora del film, lo que viene después es un derroche de buen cine de acción bélica que, hace recordar, y bastante cerca, a escenas tipo "Saving Private Ryan", con secuencias crudas, creíbles,(pero no todas,hay una que se la saco del bolsillo,y la condimentó hasta lo risible), bien ambientadas y una interpretación de respeto para Andrew Gardfield, a quien Gibson da indicaciones que le obligan a comportarse, en algunas tomas, un tanto sobre-actuado, y cercano al "Forrest" ya comentado.

Con final heroico, considero que es un film para degustarlo en la gran pantalla, pues los efectos de sonido y visuales así lo ameritan, ante un trabajo serio y bien concebido, a pesar que a Mel no le importe quedar en la evidencia de que es un católico extremo, rozando el fanatismo, metódico, y plasmarlo confeso en imágenes,e incluso, generar algunos momentos un tanto "cursis".

El reparto es de veteranos, a excepción de Teresa Palmer, pero ocupan solo un relleno en el film, pues el objetivo, en la mira de "Bravehart", recae sobre Gardfield, relegando a todo el "casting" a un nivel secundario
y lejano.

Con todo esto,con los pro y los contra, indistintamente es una obra para ser vista en salas de proyección, simplemente porque el film así es como debe ser apreciado.

Como tratará el "Hollywood sionista" a Mel es otro cantar, por lo menos ha logrado volver a dirigir algo importante, aunque la triada actoral de la primera parte, (padre-madre-novia --- Hugo Weaving -Rachel Grifith--Teresa Palmer), sea exclusivamente australiana, solo Gardfield, y los dos oficiales, con parlamento, (Vince Vaughn y Sam Worthintong), son de "la casa", y supongo que los extras.

El aparente regreso a Hollywood como director de Gibson, verbigracia de "Hacksaw Ridge", es una labor que ha soportado la primera andanada de críticas y, ha salido airosa de ese "round", pero el film se posa mucho en " el héroe americano--cristiano--creyente-de inquebrantable fe", y pareciera que se te quisiera imponer la supremacía de la "única religión verdadera", y lamentablemente, esta película bien hecha, esparce un fuerte aroma subliminal, poco disimulado, a "imposición de la verdad ", en lo que se refiere a creencias, fe y religión.

Como quien pudiera decir, "lo aceptas, por lo civil o por lo criminal"... ...al estilo "Lethal Weapon" del señor director, a quien "Lionsgate" le ofreció la "alternativa" del retorno. ( aparte de otras productoras menores ).

Una producción con impronta de un trabajo hecho a conciencia, y por alguien que todavía tiene talento, pero que sus obsesiones clásicas, las que lo metieron en problemas, se ve que siguen revoloteando en sus lóbulos cerebrales.
kevorkian
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