FA
colaborador
Media votos
5.2
Votos
15,633
Críticas
1,688
Listas
125
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Caith_Sith:
6
5.4
25,045
Fantástico. Acción. Ciencia ficción. Aventuras
John Carter es un veterano capitán del ejército de La Confederación, que una vez trasladado misteriosamente al planeta rojo deberá tomar parte en el conflicto de sus pobladores al descubrir que la perduración de sus habitantes está en sus manos. Junto a Tras Tarkas (Willem Dafoe) y la cautivadora Princesa Dejah Thoris (Lynn Collins), John Carter vivirá una aventura repleta de peligros. Adaptación de ‘Una princesa de Marte’, la primera ... [+]
15 de marzo de 2012
59 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ingredientes: producción de Disney, director con Oscars por sus maravillosos trabajos en Pixar ("Buscando a Nemo", "Wall·E"), presupuesto mastodóntico (250 millones de dólares), adaptación de una prestigiosa novela de Edgar Rice Burroughs. / Resultado: película estimable y valiosa, no muy valiente pero por momentos, bellísima. Inferior a su trabajo previo = vapuleada por la crítica. Y el escenario perfecto para que aquellos que le tienen ganas a Pixar (aunque ésta no lo sea, claro) sigan despotricando y echando mierda "porque pueden". Y porque contra "Toy Story 3", o "Up", o "Wall-E", ni Dios les iba a hacer caso. Objetivo conseguido: defenestrar una película valiosa por el simple hecho de no ser perfecta. Felicidades. Para otra vez, poneos las gafas del tresdé y no esas que os abren las puertas al Conocimiento y al Entendimiento del Ser.
Ahora volvamos al mundo real, ése en el que se ha estrenado una película llamada "John Carter" y que durante sus más de dos horas de duración, nos devuelve el cine de aventuras que parecía perdido. Nos transporta a otro universo, emocionándonos unas veces, "simplemente" entreteniéndonos otras. Y descubramos al mago, al ilusionista: Andrew Stanton. Y a su cómplice, el director de orquesta: Michael Giacchino. Juntos consiguen que este viaje no sea otro más, que esta película no falle, que no se ahogue en su (perfecto) aspecto visual, que podamos ver que en el fondo hay algo más. Porque la historia es sencillísima, tratando básicamente sobre cómo un héroe rescata a una princesa, el material de un cuento de hadas. Y hay algún bajón de ritmo, y es una película irregular, a la que no le sobra metraje pero habría estado bien que fuese rellenado de otra forma (alguna batalla es redundante); pero lo que también hay es alma, espíritu, un "feeling" que aúna lo clásico con lo moderno. Por momentos, esto es "Star Wars".
Y lo es cuando los temas de Giacchino empapan la imagen, como en cierta secuencia en la que el presente (acción) se funde con el pasado (drama), debatiéndose la vida y la muerte como unidad y no en forma de entes diferenciados. O en aquella en la que el forastero y la princesa descubren, tras un viaje a través de un río, el templo al que les da acceso cierto objeto mágico. O sencillamente cuando John Carter y su princesa hablan, o se miran, y la química entre ambos hace saltar las chispas. En los 70 se llamaban Han Solo y Princesa Leia, aquí son John Carter y Dejah Thoris. Porque ver esta película es acceder a otro universo, y es que hay que insistir en el maravilloso diseño de producción y el logro técnico que supone (se nota lo que ha costado, desde luego), pero no se queda ahí, no.
(sigue en la parte inferior sin ningún destripe argumental)
Ahora volvamos al mundo real, ése en el que se ha estrenado una película llamada "John Carter" y que durante sus más de dos horas de duración, nos devuelve el cine de aventuras que parecía perdido. Nos transporta a otro universo, emocionándonos unas veces, "simplemente" entreteniéndonos otras. Y descubramos al mago, al ilusionista: Andrew Stanton. Y a su cómplice, el director de orquesta: Michael Giacchino. Juntos consiguen que este viaje no sea otro más, que esta película no falle, que no se ahogue en su (perfecto) aspecto visual, que podamos ver que en el fondo hay algo más. Porque la historia es sencillísima, tratando básicamente sobre cómo un héroe rescata a una princesa, el material de un cuento de hadas. Y hay algún bajón de ritmo, y es una película irregular, a la que no le sobra metraje pero habría estado bien que fuese rellenado de otra forma (alguna batalla es redundante); pero lo que también hay es alma, espíritu, un "feeling" que aúna lo clásico con lo moderno. Por momentos, esto es "Star Wars".
Y lo es cuando los temas de Giacchino empapan la imagen, como en cierta secuencia en la que el presente (acción) se funde con el pasado (drama), debatiéndose la vida y la muerte como unidad y no en forma de entes diferenciados. O en aquella en la que el forastero y la princesa descubren, tras un viaje a través de un río, el templo al que les da acceso cierto objeto mágico. O sencillamente cuando John Carter y su princesa hablan, o se miran, y la química entre ambos hace saltar las chispas. En los 70 se llamaban Han Solo y Princesa Leia, aquí son John Carter y Dejah Thoris. Porque ver esta película es acceder a otro universo, y es que hay que insistir en el maravilloso diseño de producción y el logro técnico que supone (se nota lo que ha costado, desde luego), pero no se queda ahí, no.
(sigue en la parte inferior sin ningún destripe argumental)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Porque cuando te da igual que sus personajes no reciten a Baudelaire, ni discutan sobre Jung, y sencillamente quieres dejarte llevar y disfrutar de una aventura como las de antaño, "John Carter" es la respuesta a este deseo. Imperfecta, pero por momentos bella y arrebatadora. Que no, no es una Obra Maestra, pero como dice Jordi Costa, "está tan lejos de eso como de ser una mala película". La crítica americana la ha destrozado y parece que el efecto dominó ha hecho, nunca mejor dicho, efecto. El tiempo lo pone todo en su lugar. Así que veremos si esto supone un fracaso o un éxito. Yo no tengo duda de que aunque pudo ser mejor, desde luego está completamente alejada de ser un fracaso, ni artístico ni a su más básico nivel: el de entretener. Porque aquí (al contrario de lo que ocurre con otras cintas -como la correcta "Avatar"-) no hay otra ambición más allá que la de jugar con unos códigos sin tratar de reinventar la narrativa. Simple, pero satisfactoria. Y con mucho encanto.