La moraleja que podemos extraer es que ellos no entendieron a Shields, un hombre que quería triunfar, y les hizo triunfar, pero quizá el hecho de que no eran nada y llegaron a ser estrellas gracias a él, y se sintieron utilizados, lo que les hace odiarle.

Grandes historias, perfectamente contadas, de menos impactante (se autoimpone un guión que no ha escrito él), a cruel (finge estar enamorado de una actriz débil y borracha) a super cruel (lía a la mujer de un guionista, que está siendo un estorbo, con un actor casanova).

Pero los 3 consiguen triunfar con él, aunque no le perdonan. El final, donde los tres deciden no trabajar con él, pero se enganchan al teléfono para ver cuál es su nuevo reto, nos hace entrever que tal vez cambien de idea.

"Hacer una película es como conquistar a una dama, y cuando termina, me quedo hecho polvo".

Sin duda, para Shields el trabajo era lo primero.

No entiendo que le dieran a la Graham el oscar, que aunque lo hace muy bien, porque la esposa del escritor llega a ser odiosa, a penas disfruta de diez minutos de metraje. Un oscar muy discutible.

5 de marzo de 2024
8/10
EL ALMA DE UNA PELÍCULA

Tercera visión de la misma, no recordaba nada de las dos anteriores.
Shields no es el malo. Esa es la reflexión que vemos en las tres historias que se nos brinda, a modo de flashback, en esta soberbia película. La moraleja, quizá, es la pobreza moral de estos tres ególatras: director, actriz y escritor. Sin embargo, ese Shield, que se queda vacío al acabar su obra, es el más solidario de todos con el mundo del arte. Pierde 6000 dólares a las cartas y sale con una sonrisa en la cara. ¿Por qué?, porque le va a brindar la oportunidad de convencer, cara a cara, a un productor de Serie B de poder meterse en el mundillo de las películas, a trabajar a golpe de pico y pala.

Director, prefiero a uno que es mejor por ti, a pesar de nuestra amistad: pero te dejo aquí, en el mundo laboral.

Actriz, te rescato de la podredumbre, te salvo del suicidio, te doy tu mejor papel, pero no me enamoro de ti.

Escritor, a tu mujer le va la marcha, y vas a escribir tu mejor obra gracias a mí. Ahora tienes un Pulitzer.