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Voto de Sick boy:
4
5.4
3,841
Drama. Romance
Huck Cheever (Eric Bana) es un jugador profesional de póker que va a Las Vegas para participar en el campeonato mundial. Allí conoce a Billie Offer (Drew Barrymore), una aspirante a cantante, que intentará ayudarle a reconciliarse con su padre (Robert Duvall), el mejor jugador de póker. (FILMAFFINITY)
27 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peliculilla del montón de la cual uno se olvida nada más acabar, entretenida por momentos y poco más nos cuenta cómo es la vida de un personaje interpretado de manera muy sosa por Eric Bana que vive en Las Vegas con los beneficios que (a veces) le reporta el ser un gran jugador de póker. Añadir que conoce a una chica (Drew Barrymore) y que también tenemos a Robert Duvall en el papel de padre de Eric Bana en la ya mil veces vista en el cine mala relación padre-hijo. Por cierto, el personaje de Duvall también juega al póker, de hecho es el mejor del mundo, y termina enfrentándose a su hijo en el torneo mundial. Vamos, que estamos ante un conjunto de clichés que solo entretienen cuando las partidas se ponen interesantes.
Ni siquiera diría que es una película recomendable para los aficionados al póker, las partidas están muy bien rodadas de manera que se puedan seguir los movimientos pero se sabe lo que va a ocurrir desde el primer momento, no hay emoción alguna y todo lo que no es póker es un relleno absurdo y mal llevado que solo sirve de excusa para descongestionar la película de tanto juego de cartas. La química entre Eric Bana y Drew Barrymore es inexistente, además esta última realiza una interpretación a la altura del personaje: malísima. Las escenas y conversaciones que hay entre ambos son de lo peorcito que he visto en materia romántica (si es que se le puede llamar así a esto), y la resolución del tema padre-hijo resulta una gilipollez.
Ni siquiera diría que es una película recomendable para los aficionados al póker, las partidas están muy bien rodadas de manera que se puedan seguir los movimientos pero se sabe lo que va a ocurrir desde el primer momento, no hay emoción alguna y todo lo que no es póker es un relleno absurdo y mal llevado que solo sirve de excusa para descongestionar la película de tanto juego de cartas. La química entre Eric Bana y Drew Barrymore es inexistente, además esta última realiza una interpretación a la altura del personaje: malísima. Las escenas y conversaciones que hay entre ambos son de lo peorcito que he visto en materia romántica (si es que se le puede llamar así a esto), y la resolución del tema padre-hijo resulta una gilipollez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Resulta que pudiendo el hijo ganar al padre en el torneo mundial pierde aposta argumentando que "este era tu momento". Teniendo en cuenta que el padre era el actual campeón y que lo había ganado como dos o tres veces seguidas, ¿cuándo suponemos que pensará el bueno de Eric Bana que es el momento de ganar a su padre? ¿Cuando sea un viejo decrépito y su padre no pueda ni levantar una carta? Absurdo intento de dar un giro inesperado al guión, ya que al final acaba reconciliándose con su padre como se suponía. Ah, y sí, se acaba quedando con la chica.