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España España · Madrid
Voto de Moody:
4
Drama Marina (Daniela Vega) una joven camarera aspirante a cantante y Orlando (Francisco Reyes), veinte años mayor, planean un futuro juntos. Tras una noche de fiesta, Marina lo lleva a urgencias, pero él muere al llegar al hospital. Ella debe entonces enfrentar las sospechas por su muerte. Su condición de mujer transexual supone para la familia de Orlando una completa aberración. Ella tendrá que luchar para convertirse en lo que es: una ... [+]
20 de marzo de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marina pasea por la calle mientras un viento cada vez más fuerte azota en su contra, impidiéndola caminar. A pesar de ello, Marina avanza contra la voluntad de este invisible adversario. Esta secuencia, dice mucho más sobre la película que cualquier sinopsis, y probablemente mucho más que esta crítica.

Porque Marina, o Daniela Vega, es la protagonista absoluta de esta caótica y por momentos liosa película, que intentando narrar la historia principal se encuentra con una reivindicación ante una sociedad que vive en sus propios prejuicios como si no pasara nada. Esos prejuicios que impiden ver una realidad normal y coherente.

Ella lucha ante una sociedad que no termina de aceptarla, que casi la ve como un bicho raro. El guion defiende su dignidad y se apoya en su fuerza de voluntad para llevar la contraria a este obsoleto sistema. La película pone a su papel en la incómoda situación inicial, y a partir de ahí, presenta junto con ella todos los momentos a los que debe enfrentarse: burocracia, investigadores policiales, la familia de su pareja…

El director sabe sacar partido a Vega como figura protagonista, sabe hacer que luzca y tiene la personalidad suficiente como para sostener la historia. Es, precisamente la historia lo que no acompaña a la protagonista, y eso es lo grave. La narración comienza muy bien, de manera sugerente y misteriosa. Con un punto de inflexión necesariamente rápido para su desarrollo, “Una mujer fantástica” resalta la lucha de la protagonista pero no acierta a articular una historia con sentido. Apenas hay una línea que seguir, un argumento al que agarrarse y sus noventa minutos de duración pueden hacerse hasta largos.

La película luce ahora su Oscar a la mejor película de habla no inglesa con honor y orgullo, esperando que su visionado despierte conciencias y logre que la vida sea algo más sencilla para aquellos que sufren los prejuicios de la sociedad, al menos es destacable que la construcción de su personaje principal reivindique esa idea de lucha por su dignidad.
Moody
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