Viendo la filmografía de Clint no iba a faltar su primera película como director, cinta setentera con tintes oscuros e intensos más que cómicos como estamos acostumbrados de vez en cuando en su filmografía. En esta ocasión Clint no es el protagonista sino Jessica Walter, quien tiene un papel aterrador en un thriller con momentos terroríficos. Muy probablemente películas como La mano que mece la cuna y mogollón de thrillers y dramas actuales en especial de televisión hayan bebido de esta cinta que a su vez tiene planos de Que fue de Baby Jane. Eastwood está muy bien aunque la estrella de la función es Walter quien brinda una actuación a recordar gracias a un personaje que saca de quicio. Quizás la trama no sea original y que algunos tópicos estén presentes pero la sensación de angustia es constante. Quizás Clint maree un poco con la cámara en los momentos más cruciales debido a su inexperiencia y que el tramo final sea un tanto previsible pero la tensión y atmósfera oscura están servidas. Una cinta para recordar sobretodo por su terrible oscuridad que forma una cinta por momentos aterradora. Clint debutó de una manera correcta, evidentemente sin llegar a ser una obra maestra logra juntar lo mejor del género y explotarlo de la forma más absorbente y entretenida. Buena.