Hace dos años, el director Todd Phillips nos presentó una cinta, una comedia notable en la que cuatro colegas iban a celebrar la despedida de soltero de uno de ellos a Las Vegas, pero la cosa se desmadró y sufrieron un resacón de los gordos. Ahora, en esta segunda entrega, la trama se traslada a Bangkok, en otra boda, y la cosa se vuelve a poner peliaguda y el resacón es más grande. El esquema de la trama es parecido al de la primera, cambiando lugares, vuelven los momentos y situaciones excéntricas e hilarantes. Yo creo que tanto ésta como la anterior te hacen pasar un muy buen rato, te diviertes, te ries durante todo el metraje. El cameo del tatuador no ha estado mal, pero el que no me esperaba era el del cantante de la boda en la parte final. El mono es un cachondo, y hay una secuencia con éste que me recuerda a un episodio de Los Simpson. En esta entrega veo que el personaje de Justin Bartha, aunque no es la "víctima" esta vez, le han dado algunas frases más. Paul Giamatti, en el trailer no lo ví, solo al chino, y me ha sorprendido su presencia, aunque poca, pero me ha sorprendido. Zach Galifianakis, Bradley Cooper y Ed Helms se comen la pantalla cuando salen. Los créditos finales me gustan. Yo ya me espero una tercera entrega para dentro de dos años, al menos para no perder la tradición.