De esta película espera más, mucho más de lo que realmente ofrece. Es una comedia, y exijo reirme con ella, y en ese campo salí satisfecho, que no absolutamente satisfecho.
En las interpretaciones, podemos ver una Meryl Streep muy serena y correcta, pero nada fuera de lo que nos tiene acostumbrado a ver, una Emily Blunt magnífica, en la piel de la "superpija sanguinaria" y una Anne Hathaway mediocre. Digo yo, rodeada de tanta estrella y de tan buenas actuaciones, ¿no se le podía haber pegado algo a la niña? Pues no. Ella sigue igual, con su cara empanada y sus gestos ridículos. Una pena, porque estropea la película, y mucho. También hay que destacar el papel de Stanley Tucci, que si bien es corto, se luce bastante bien.
Por último, la historia resulta muy lineal, muy tópica y muy vista. Me sorprende que, siendo el director de esta película el mismo que creó y dirigió algunos capítulo de la genial "Sexo en Nueva York", haya obtenido un resultado tan pobre.
Se queda en entretenida y poco más.