Preocupante propaganda católica exculpatoria de todo tipo de abusos perpetrados por la iglesia.

La versión fundamentalista católica no vuela torres pero sí te vuela la cabeza en una superproducción hollywoodiense.

Anthony Hopkins parece estar realmente poseído por Hannibal Lecter y ha encontrado un currito muy redituable para sacarle provecho a su demonio.

Ante la gran difusión de métodos auto abortivos que se han difundido, parece ser que esta es la opción abortista de la iglesia. Si te violó tu padre, estás embarazada y quieres hacer un aborto, siéntete endemoniada y ve a hacerte un exorcismo. O puedes tenerlo y cuando crezca puedes pedirle a un cura que le de un manotazo.

Por otra parte llama la atención que lo más cruel que se le ocurra decir al diablo a una chica sea "ya te la ha metido" y "qué buenas tetas", no sabía que el diablo fuese un tímido chico de bar.

En fin, que no la recomiendo en absoluto, lo único que asusta de esta película es la moral que sustenta.