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España España · Las Palmas de Gran Canaria
Voto de Alfonso Marlowe:
4
Drama En 1981 el famoso escritor Antonio Miguel Albajara (Antonio Ferrandis) llega a Gijón, su ciudad natal, procedente de Estocolmo, donde acaba de recibir el premio Nobel de literatura. Durante cuarenta años ha sido profesor de Literatura Medieval en la prestigiosa Universidad de Berkeley (California), donde ha alternado su labor docente con la producción literaria que le ha dado fama mundial. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hubo ninguna obra maestra incontestable durante la Transición que reflejara ese sentimiento difuso de muchos españoles de que habían desperdiciado gran parte de su vida con tanto puritanismo castrante durante el Régimen de Franco. España la necesitaba y necesitaba que se la premiaran con un Óscar para que le reconocieran que seguía siendo una potencia cultural cinematográfica con muchas películas estimables.

Desde el comienzo con el canon en re mayor de Pachelbel repetido machaconamente esta película nos busca conmover sin sutilezas con este tema.

El problema en general no solo resulta que la película tenga muchos vaivenes de tono, sino que resulta aburrida con tanto canon de Pachelbel con el maravilloso verde asturiano y el mar, simplista y con varias escenas que dan vergüenza ajena(como la llamada telefónica campechana del Rey).

Aquí Antonio Miguel Albajara (Antonio Ferrandis) es un escritor y profesor universitario de la Universidad norteamericana de Berkeley que al ganar el Nobel de Literatura quiere volver a su tierra natal, lugar de adolescencia de donde tuvo que exiliarse y por tanto renegar de la vida que quiso vivir y le pertenecía.

Se encuentra con un amigo de juventud (José Bódalo) al que le confiesa que por una enfermedad le queda poco de vida y ha venido a despedirse en una escena muy conmovedora, pero también simplona, de hombres hechos de una pieza, y que es tan humilde y "hombre de bien, y de trabajo duro como los de antes", como para reconocer sus increíbles méritos, pero sin sutilezas.

También se encuentra con la joven de su adolescencia (Encarna Paso) de la que estuvo enamorado pero sin embargo nunca se atrevió a nada y queda ese amor platónico de ceniza tan amargo, patético, pero contenido. A mí sorprendentemente esta escena me conmovió más, porque refleja una época en que por las circunstancias tuvo que vivir sin amor por los prejuicios castrantes como los jóvenes de su generación.

Quitando estas escenas clichés, que son magistrales, pero en el fondo un poco obvias, lo demás son paseos sobre la nostalgia con frases pretenciosas, la decepción y un poco la inutilidad de la despedida un poco masoquista de algo que apenas has vivido

La verdad es que la selección de actores es discutible, Antonio Ferrandis con su acento cascado (aunque ya sabemos que ha habido muchos nobeles campechanos y con la voz rota por el alcohol pero...) resulta como los demás elecciones actorales discutibles por actores que debieron ser más carismáticos.

Pero la película llega, te pone triste, nostálgico de las sangrantes oportunidades perdidas y

Pilar Miró consiguió el primer Óscar para Garci y el cine español. Con el primer Óscar del cine español ocurrió lo mismo que con el primer Nobel de Literatura a José Echegaray hubo que hacer gestiones administrativas (léase regalos caros a los votantes, gestiones diplomáticas) para que eligieran una obra discutible, efectista, no polémica, pero que llega al corazón sin ser una Obra Maestra absoluta.
Alfonso Marlowe
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