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Voto de Hantoker:
9
10 de marzo de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda parte de la trilogía de Wajda sobre la II Guerra Mundial.
'Generación', la primera de todas, era claramente un alegato de tintes nacionalistas que pretendía buscar la gloria del pueblo polaco, sus orígenes, un ensalzamiento de su pasado.
Inesperadamente, Wajda vuelve a sorprendernos con esta segunda entrega, donde narra los momentos siguientes a la sublevación a finales de 1944 de los polacos de Varsovia y su inmediata huida a las cloacas de la ciudad hasta el final del conflicto. El director polaco parece querer dar otra interpretación más crítica, mostrando a un pueblo derrotado, insolidario, ciertamente mezquino, que ha perdido esa gloria que antaño artesoró. Es por ello que en su día le valió duras críticas por poner en duda la nueva versión de posguerra que la historiografía polaca, apoyada en los poderes políticos de turno prosoviéticos estaban diseñando.
Posiblemente la lucha contra los nazis existió, fue gloriosa, pero también oscura.
Como dijo el crítico Antonio Pinedo en 1977 a raíz de 'Kanal' y parafraseando al propio Andrzej, la cultura sirvió de soporte para el mantenimiento del nacionalismo polaco, para que perviviera durante siglos frente a continuas invasiones de extranjeros. La cultura, el doble rasero.
'Generación', la primera de todas, era claramente un alegato de tintes nacionalistas que pretendía buscar la gloria del pueblo polaco, sus orígenes, un ensalzamiento de su pasado.
Inesperadamente, Wajda vuelve a sorprendernos con esta segunda entrega, donde narra los momentos siguientes a la sublevación a finales de 1944 de los polacos de Varsovia y su inmediata huida a las cloacas de la ciudad hasta el final del conflicto. El director polaco parece querer dar otra interpretación más crítica, mostrando a un pueblo derrotado, insolidario, ciertamente mezquino, que ha perdido esa gloria que antaño artesoró. Es por ello que en su día le valió duras críticas por poner en duda la nueva versión de posguerra que la historiografía polaca, apoyada en los poderes políticos de turno prosoviéticos estaban diseñando.
Posiblemente la lucha contra los nazis existió, fue gloriosa, pero también oscura.
Como dijo el crítico Antonio Pinedo en 1977 a raíz de 'Kanal' y parafraseando al propio Andrzej, la cultura sirvió de soporte para el mantenimiento del nacionalismo polaco, para que perviviera durante siglos frente a continuas invasiones de extranjeros. La cultura, el doble rasero.