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España España · TORRELAVEGA
Voto de Munny:
10
Intriga Scottie Fergusson (James Stewart) es un detective de la policía de San Francisco que padece de vértigo. Cuando un compañero cae al vacío desde una cornisa mientras persiguen a un delincuente, Scottie decide retirarse. Gavin Elster (Tom Helmore), un viejo amigo del colegio, lo contrata para un caso aparentemente muy simple: que vigile a su esposa Madeleine (Kim Novak), una bella mujer que está obsesionada con su pasado. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2008
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muchos directores buenos y bastantes directores que saben enganchar al espectador. Y luego, están los pocos que saben hacer ambas cosas. Alfred Hitchcock es el "Alter ego" de estos últimos.
En Vértigo, una de las mejores cinco películas de todos los tiempos, la riqueza narrativa, la profundidad de los personajes, los portentosos planos y la profundidad de campo son inmensamente superiores a la intriga, que por otro lado, es superior a la del 90% de las películas llamadas " de intriga". Pero además, Vértigo tiene un componente especial, que no es otro que el alto componente psicológico del guión. Nos inmisculle en lo vertiginoso de las obsesiones humanas. El director nos habla de sus propias perversiones.
Efectivamente, en esta cinta, Hitchcock se desnuda y nos muestra todo su ser, diseccionando cada uno de sus recursos y de sus obsesiones. Su enamoramiento de la actriz, a la que besuquea con la cámara de manera surrealista, el suspense a la vista, sin trucos ni ocultaciones, sus planos y contraplanos en la cima de algún paisaje ventoso, a modo de templo católico improvisado, la sensualidad de lo prohibido...
Hemos de destacar de este filme la prodigiosa secuencia de persecución de James a la bella Kim, durante más de 30 minutos, en los cuales el espectador, a pesar de la ausencia de diálogos, no se puede mover del asiento; o los planos circulares alrededor de un beso, de un erotismo inusitado, y como no, esa violación de la dignidad, queriendo imitar la imagen de su amor perdido, vistiéndola y peinándola como lo hacía ella, hasta llegar al orgasmo del reencuentro. ¿Quién no se ha obsesionado con algún imposible alguna vez?
No puedo dejar de mencionar a Bernard Herrman, cuya inquietud musical aderezó los mejores filmes de Alfred Hitchcock y que en Vértigo desboca el histrionismo del argumento.
Me pregunto cuántas películas, buenas o malas, no se hubieran hecho si Hitch no hubiera rodado Vértigo. Me pregunto que sería del cine si alguien no hubiera realizado un vaivén de enfoques sobre un tocado o sobre un ramo de flores en un museo. No siempre el zoom es una herramienta cansina.
La fama de Hitchcock surgió de su temática macabra y de su personalidad excéntrica y misógina. Eso le restó, como es bien sabido, el reconocimiento como creador de cine, inventor de planos y secuencias o intérprete de historias interesantes y profundas. Afortunadamente la Nouvelle Vague supo rescatarlo y ubicarlo en el lugar del podio que merecía.
Munny
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