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España España · Oviedo
Voto de Gould:
7
Drama. Romance Cuando una mujer de la alta sociedad se enamora del prometido de su sobrina, esta insólita situación tendrá consecuencias inesperadas. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Compton Bennett, tras el éxito de sus primeras películas británicas –algunas de ellas verdaderamente maestras, caso de “El sétimo velo” (1945) o “The years between” (1946)- fue invitado a dirigir en EEUU donde no se sintió demasiado a gusto con su sistema de producción, rodando unas pocas películas que no encontraron suficiente resonancia, salvo la famosa “Las minas del rey Salomón” (1950) dirigida a cuatro manos con el director de origen húngaro Andrew Marton. Entre ese escaso número de películas se encuentra esta desigual pero interesante melodrama rodado para la Metro basado en la aclamada novela de John Galsworthy.

Bajo una recargada fotografía en technicolor de toques góticos y esteticistas y una apasionada música estilo Rachmaninoff de Bronislau Kaper se enmarca este enfermizo retrato finisecular de una acomodada familia de la burguesía victoriana del último cuarto del siglo XIX, suerte de “Buddenbrook” a la británica, con matrimonios de conveniencia, ovejas negras de la familia, apariencias e hipocresía, crueldad y odio, desamor, fracaso y enormes dosis de esnobismo.

El genio y la sensibilidad de Compton Bennett, demostrado en sus anteriores producciones británicas, se ve constreñido a adaptar con pulcritud reposada y reflexiva la novela, aunque asoma cierta desgana e incluso una cierta gelidez expresiva, posiblemente derivada de su incomodidad o falta de convencimiento total con el proyecto. El argumento, a ratos folletinesco, de este recargado melodrama de ambientes opresivos, complejo y lleno de ramificaciones y vericuetos, refleja muy bien el mundo de la poderosa burguesía financiera, imitadora de la disminuida aristocracia tras la revolución industrial, que acentúa todavía más sus excesos y clasismo. La película, contada en forma de flashback por “la oveja negra de la familia” –un Walter Pidgeon poco aprovechado- muestra un complejo pentágono amoroso que enfrenta el mundo de la libertad artística frente al sentido utilitarista de la ascendente burguesía.

Protagonizada por cuatro gigantes de Hollywood, el esperado recital indiscutible de Greer Garson se ve acompañado por la gran labor de Errol Flynn, un actor mucho más dotado de lo que habitualmente es considerado, capaz de pasar del drama a la comedia en un periquete, junto a un descolorido Robert Young, el citado Walter Pidgeon y una jovenzuela Janet Leigh.

Aún con todas las pegas es una película enormemente disfrutable, lejos en todo caso de las mejores producciones británicas del desconocido y, sin embargo, gran director Compton Bennett.
Gould
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