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Voto de Archilupo:
9
Drama Elisabeth (Liv Ullmann), una célebre actriz de teatro, es hospitalizada tras perder la voz durante una representación de "Electra". Después de ser sometida a una serie de pruebas, el diagnóstico es bueno. Sin embargo, como sigue sin hablar, debe permanecer en la clínica. Alma (Bibi Andersson), la enfermera encargada de cuidarla, intenta romper su mutismo hablándole sin parar. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2008
31 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una joven enfermera, Alma, ha de atender a una famosa actriz teatral, Elisabet, caída en el mutismo durante una representación de "Electra". Desde entonces, y sin que lo justifiquen lesiones físicas o mentales, no ha vuelto a pronunciar palabra.
Cuando se trasladan a una casa en la costa, el nuevo régimen de vida (desaparecen uniforme de enfermera y camisón de paciente) propicia el desvanecimiento de las máscaras y una profunda interacción.
En la estrecha intimidad que se instaura, Alma expresa un vitalismo sencillo, su credo pragmático. Habla por las dos, se exhibe sin reservas, se abre plenamente. El despecho y la irritación se harán inevitables, pero también la simbiosis, la posesión, la catarsis, el odio, la seducción, el despojamiento, el espejismo, la suplantación, la emulación, el vampirismo, la transferencia... y asimismo el miedo a la maternidad, a darse al ser del hijo, a ir más allá de la representación de apariencias y personajes.
Este proceso, que podría temerse claustrofóbico, es abierto al infinito por ambas actrices, extraordinarias. La cámara de Bergman, en pleno magisterio, las deifica en primeros planos a cual más sustantivo: una cámara que esculpe solemne poesía visual, más en luz y gris que en blanco y negro.
Traducir el lenguaje visual a otros lenguajes en clave simbólica es, como siempre, opcional.
Archilupo
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