“What we do in shadows” es sin duda una de las películas más divertidas de la 47 edición del Festival de Sitges. Era casi increíble la cantidad de carcajadas que este falso documental sobre vampiros ha conseguido arrancar de un Auditori lleno de espectadores. Y es que el film es, simplemente, la vida de unos vampiros en la actualidad, con sus problemas diarios y paradojas con la vida humana, todo simulando un documental de verdad. Su brillante capacidad humorística y la naturalidad en que discurren las situaciones no pueden estar más logradas, y así lo ha recibido el público una vez terminada, con aplausos y gritos de admiración. Esta sátira de la leyenda vampírica está en el polo opuesto a la obra de Jim Jarmusch sobre estos seres (“Sólo los amantes sobreviven”), mucho más pausada y melancólica. En “What we do in shadows” todo es diversión e ingenio, bebiendo de un género con tantas posibilidades como el documental.

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