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Voto de Néstor Juez:
6
7.2
2,518
Documental
En el norte de la Península Ibérica se levanta una gran cordillera de más de 400 Km. como si se tratara de una gran muralla paralela a la costa del Mar Cantábrico. En su otra cara, la cordillera Cantábrica está repleta de cañones y bosques. Gracias a la influencia del mar y las elevadas precipitaciones, se ha originado una amplia vegetación en los bosques, y es el lugar perfecto para esconder un gran número de animales y otras formas de ... [+]
6 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por tradición familiar y sensibilidad personal he sido siempre un animalista declarado, por amor incondicional, y alguien que disfruta sobremanera con los documentales de animales. Un tipo de producto este que rara vez llega a la sala de cine, pero ofrece imágenes poderosas, y cuando se ven en la gran pantalla acostumbran a ser espectaculares, como la obra de Perrin y Cluzaud. Por tanto, con estos referentes tan a mano recibí Cantábrico, nuevo trabajo del realizador de la aplaudida Guadalquivir Joaquín Gutiérrez Acha, con un evidente interés. Y al no darse ocasiones como esta muy a menudo, agradecí enormemente la posibilidad de ver en sala una producción más común de la Televisión Pública, y saboree cada plano con deleite. Pero si bien se trata de un estupendo documental fotografiado y editado con profesionalidad y plenitud de medios, su impersonal punto de vista y aproximación al tema de estudio le impiden llegar a ser algo más, situación frustrante para el aficionado al documental vanguardista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La cordillera cantábrico es un escenario de inmensa belleza y espectacular diversidad orgánica y rica naturaleza. Paisajes vastos, agrestes y salvajes dan sustento a todo tipo de razas durante el frío invierno, la húmeda primavera y el cálido verano. Un espacio de belleza imperturbada por el hombre dónde el oso pardo, el armiño, el lobo, el ciervo, el urogallo, el rebeco o el salmón desempeñan su ciclo vital rodeados de peligros, rivales y exiguas recompensa para existencia tan breve y tortuosa, pero libre. Un documental con banda sonora orquestal y líricas locuciones. Una narración cronológica y sencilla que retrata hechos aleatorios de la vida salvaje del cantábrico con el más blanco y objetivo de los enfoques, acercándose al tema con un enfoque cuasi científico, que apenas recurre a la palabra para dotar a sus imágenes de aura de gesta y y de solemne tradición de brega épica de lo salvaje. Un tono serio y poético para armonizar sobre la vida salvaje y esa naturaleza de nuestro entorno que debemos preservar. La orquestación de la partitura de Santi Vega es muy fina, y el ejercicio técnico de Acha tanto en la dirección y realización (tomas generales en movimiento o planos muy cerrados de pequeñas criaturas, con todo tipo de desplazamientos de seguimiento) como en el montaje como en la fotografía es de un desempeño encomiable y apasionado. Gracias a este desempeño la película ofrece excelentes secuencias que funcionan como secuencias en sí mismas (persecuciones a ciervos, cazas de gatos monteses, fecundaciones de huevos de salmón o, especialmente, la liberación de unas víboras recién nacidas de sus bolsas vitelinas), siendo las partes mejores que la película en su conjunto.
Inevitablemente, y tal vez por ello, tristemente, al haber disfrutado tanto de la excelente Las estaciones y esperar de los documentales para cine de animales algo parecido, el hecho de que Cantábrico salga perdiendo en la comparación en absolutamente todo me impidió disfrutarla en su plenitud. Ni la enfática, explícita y evidente música ni el pastoso narrador en off aportan nada a unas imágenes ya portentosas por sí solas, más allá de subrayar las emociones y contenidos textuales evidentes, mostrando en el proceso una clara desconfianza en el poder intrínseco de sus propios planos. El documental carece de tesis, más allá del mero paso del tiempo, y el desarrollo argumental se desarrolla con el simple empaque de la inercia, en un continuum que finaliza sin un motivo claro y en el que no hay razón para la presencia en este de ciertas escenas o la ausencia de otras. Todo ello debilidades comunes de otros documentales, pero asperezas que liman sin problema no pocas joyas de la BBC Earth.
Hermosa, dinámica y elegante, Cantábrico agradará al animalista de a pie y al espectador medio de La 2, pero defraudará a los que busquen en ella una narración más ambiciosa.
Inevitablemente, y tal vez por ello, tristemente, al haber disfrutado tanto de la excelente Las estaciones y esperar de los documentales para cine de animales algo parecido, el hecho de que Cantábrico salga perdiendo en la comparación en absolutamente todo me impidió disfrutarla en su plenitud. Ni la enfática, explícita y evidente música ni el pastoso narrador en off aportan nada a unas imágenes ya portentosas por sí solas, más allá de subrayar las emociones y contenidos textuales evidentes, mostrando en el proceso una clara desconfianza en el poder intrínseco de sus propios planos. El documental carece de tesis, más allá del mero paso del tiempo, y el desarrollo argumental se desarrolla con el simple empaque de la inercia, en un continuum que finaliza sin un motivo claro y en el que no hay razón para la presencia en este de ciertas escenas o la ausencia de otras. Todo ello debilidades comunes de otros documentales, pero asperezas que liman sin problema no pocas joyas de la BBC Earth.
Hermosa, dinámica y elegante, Cantábrico agradará al animalista de a pie y al espectador medio de La 2, pero defraudará a los que busquen en ella una narración más ambiciosa.