Alex es un tipo que impone su impronta en todos sus trabajo, que hace que reconozcas sus películas aunque no sepas que son suyas. Con 30 Monedas se mantiene fiel a su peculiar estilo. Excesos y extremismos que yo particularmente devoro con fe ciega, y perdono la falta de trabajar los pequeños detalles, pero que al final son solo eso, pequeños detalles que he aprendido a obiar y centrarme en disfrutar de sus mundos tan particulares.
La primera entrega de la serie es un despliegue impresionante de interpretaciones de la mayor parte del reparto, Silvestre me chirria un poco pero voy a darle tiempo, y un bestial despliegue visual. Casi una hora y veinte minutos que se hacen cortos.
A Alex o lo amas o lo odias, y yo lo amo.