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Voto de Samuel Cuenca:
10
2016
Phoebe Waller-Bridge (Creadora), Harry Bradbeer ...
7.8
19,833
Serie de TV. Comedia
Serie de TV (2016-2019). 12 episodios. 2 temporadas. Fleabag es una joven londinense de 30 años, directa y descarada, que pasa por una crisis vital tras perder a su mejor amiga. Su actitud es inconformista, se acuesta con todo el que se acerca a ella, intenta no pedir dinero a su hermana Claire y se niega a llevar de una vez una vida independiente y madura. Sin reparos, la protagonista desafía al espectador que quiera plantearse ... [+]
9 de junio de 2020
23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mirad, esta serie es otra cosa. Sin más. Bueno, no, con más, leerlo en lugar de verlo (cuando la serie se explica por sí sola) es un pecado, pero para qué nos vamos a engañar, después de visionarla sólo tienes ganas de comentarla una y otra vez.
Es la primera vez que veo una serie dos veces tan seguidas en el tiempo, en menos de cuatro meses me la estaba viendo de nuevo. Y es que Fleabag no es cualquier obra, Fleabag es la Intocable de las series de ficción. Para empezar, es hilarante. Es extremadamente cómica, su humor confía en sí mismo y se atreve a dejarlo todo en manos de la narrativa y de sus actores. Y funciona. Funciona que lo borda, vamos. Sus diálogos son tan reales como divertidísimos, la comedia está en la tensión, en el cruce de personalidades, en la excentricidad. El guion está sumamente bien escrito, los ritmos son perfectos, las pausas, los giros... Siempre está ocurriendo algo en pantalla. Está cargada de emoción, cada escena. Y es porque los personajes están tan bien construidos que la historia se cuenta sola. Cuando unos personajes están tan bien construidos, es difícil que no ocurra nada a cada momento, cada pequeña cosa genera un conflicto. No hacen falta grandes artificios, ocasiones especiales... Coloca a unos personajes excelentes en una cena y tendrás todo hecho.
También es gracias a los actores y las actrices. En esta obra, cada uno de ellos hacen un papel espectacular y juegan un papel tan importante que, si no fuera por ellos, la serie no sería ni la mitad de lo que es. Este guion necesitaba unos actores y unas actrices así. El casting es una maravilla, y los personajes están seleccionados al detalle: Phoebe Waller-Bridge es simplemente brillante y entiende perfectamente de lo que va su propia obra y lo que quiere transmitir (a veces no es tan sencillo ni efectivo, aun siendo su propia obra); Andrew Scott mide cada gesto de forma que parece que se haya estudiado, si es que no lo ha hecho, cada movimiento de una infinidad de curas y párrocos en general, al mismo tiempo que resulta encantador, cautivador, desde el primer momento en pantalla; los actores y actrices de la familia son simplemente una familia, no han podido reflejar mejor cada personaje característico (el cuñado nocivo y repulsivo, la madrastra odiada y odiosa, el padre roto y cariñoso, la hermana trabajadora, medida e infeliz); y los personajes secundarios lo clavan en unos papeles súper carismáticos y necesarios para el personaje de Fleabag, aportando una redondez impoluta.
Y si tenemos que hablar del humor de esta serie, la ruptura de la cuarta pared juega un papel imprescindible, y lleva a la cima el recurso de interactuar con la cámara. De miradas sutiles que pasan de largo rápidamente por la cámara hasta monólogos para el espectador que te envuelven en el ambiente de la escena. Te implica de una manera excepcional, está perfectamente ejecutado por Waller-Bridge y tiene un timing preciso y desternillante. Además, con el detalle del cambio narrativo que se da en este recurso en la segunda temporada, de la mano de uno de los personajes principales, cobra un sentido aún mayor y lo dota de una importancia y de una profundidad superior, denotando que ese personaje está entrando en el mundo de Fleabag y por tanto, en nuestro mundo y nuestra perspectiva. Es simplemente de lo mejor de esta serie y uno de las mejores ejecuciones de recursos que he visto en mucho tiempo como espectador.
Por otro lado, los momentos. Los MOMENTOS. El drama también está ejecutado a la perfección. Aliviado por el efecto del humor, toca el momento de llorar, y vaya con los lagrimones. Esta historia es tan dura, la de su personaje protagonista especialmente, que llevarla a cabo de cualquier manera sería un sacrilegio. Te hace compadecerte sin poner en un pedestal al personaje más gris de todos, para luego en conversaciones con su padre terminar comprendiendo del todo que es la mejor de la familia, y hace lo posible por que todos salgan del pozo en el que no son capaces de verse, y es que Fleabag es un personaje tan interesante que va cargada de emoción y de piedras por el camino. Los personajes crecen conforme Fleabag los va empujando, poquito a poquito, como son los empujones: bruscos pero a veces, necesarios. Lleva todo el peso en su espalda y le da unos matices al resto que son, sencillamente, increíbles.
Porque eso es la obra de Fleabag: sencilla pero emotiva. Efectiva, cínica, preciosa. Y los aspectos técnicos no se quedan atrás. Con poco presupuesto pero historias desgarradoramente reales, esta serie es la prueba de que con los recursos necesarios, una base fantástica y amor por la técnica, se puede hacer una obra maestra. El aspecto visual es el que debía ser, mostrando todo, en todo momento, parándose donde se tiene que parar. Los planos son una delicia, especialmente aquellos en los que Fleabag se muestra más frágil, vulnerable, volviéndose una cámara en mano desequilibrada, renqueante, acorde con el desajuste emocional y la tormenta que está viviendo la protagonista. Una banda sonora (compuesta por Isobel Waller-Bridge, hermana de Phoebe) que es efectiva y en la segunda temporada más aún, con coros y una composición que realzan la temática religiosa y más profunda que contiene. Y lo mejor es el montaje. Es tan sumamente útil y realiza una labor idónea junto al humor de las escenas, contribuye con nota a ello y sin ese montaje, el humor no sería el mismo. Ciertos cortes en los momentos precisos, hilando los planos y las escenas, cortando momentos, sonidos, que dotan a la serie de aún más humor o más desequilibrio emocional.
Lo dicho. Esta serie es sin duda 10/10. Una obra maestra del género sitcom, tragicomedia... La crítica perfecta y una representación brillante de las familias, el machismo, las personalidades diferentes, la modernidad, la vida laboral y mil cosas más, pero sobre todo es una oda al amor y al error, las consecuencias de nuestras personalidades en la sociedad y la manera de vivir en ella.
Es la primera vez que veo una serie dos veces tan seguidas en el tiempo, en menos de cuatro meses me la estaba viendo de nuevo. Y es que Fleabag no es cualquier obra, Fleabag es la Intocable de las series de ficción. Para empezar, es hilarante. Es extremadamente cómica, su humor confía en sí mismo y se atreve a dejarlo todo en manos de la narrativa y de sus actores. Y funciona. Funciona que lo borda, vamos. Sus diálogos son tan reales como divertidísimos, la comedia está en la tensión, en el cruce de personalidades, en la excentricidad. El guion está sumamente bien escrito, los ritmos son perfectos, las pausas, los giros... Siempre está ocurriendo algo en pantalla. Está cargada de emoción, cada escena. Y es porque los personajes están tan bien construidos que la historia se cuenta sola. Cuando unos personajes están tan bien construidos, es difícil que no ocurra nada a cada momento, cada pequeña cosa genera un conflicto. No hacen falta grandes artificios, ocasiones especiales... Coloca a unos personajes excelentes en una cena y tendrás todo hecho.
También es gracias a los actores y las actrices. En esta obra, cada uno de ellos hacen un papel espectacular y juegan un papel tan importante que, si no fuera por ellos, la serie no sería ni la mitad de lo que es. Este guion necesitaba unos actores y unas actrices así. El casting es una maravilla, y los personajes están seleccionados al detalle: Phoebe Waller-Bridge es simplemente brillante y entiende perfectamente de lo que va su propia obra y lo que quiere transmitir (a veces no es tan sencillo ni efectivo, aun siendo su propia obra); Andrew Scott mide cada gesto de forma que parece que se haya estudiado, si es que no lo ha hecho, cada movimiento de una infinidad de curas y párrocos en general, al mismo tiempo que resulta encantador, cautivador, desde el primer momento en pantalla; los actores y actrices de la familia son simplemente una familia, no han podido reflejar mejor cada personaje característico (el cuñado nocivo y repulsivo, la madrastra odiada y odiosa, el padre roto y cariñoso, la hermana trabajadora, medida e infeliz); y los personajes secundarios lo clavan en unos papeles súper carismáticos y necesarios para el personaje de Fleabag, aportando una redondez impoluta.
Y si tenemos que hablar del humor de esta serie, la ruptura de la cuarta pared juega un papel imprescindible, y lleva a la cima el recurso de interactuar con la cámara. De miradas sutiles que pasan de largo rápidamente por la cámara hasta monólogos para el espectador que te envuelven en el ambiente de la escena. Te implica de una manera excepcional, está perfectamente ejecutado por Waller-Bridge y tiene un timing preciso y desternillante. Además, con el detalle del cambio narrativo que se da en este recurso en la segunda temporada, de la mano de uno de los personajes principales, cobra un sentido aún mayor y lo dota de una importancia y de una profundidad superior, denotando que ese personaje está entrando en el mundo de Fleabag y por tanto, en nuestro mundo y nuestra perspectiva. Es simplemente de lo mejor de esta serie y uno de las mejores ejecuciones de recursos que he visto en mucho tiempo como espectador.
Por otro lado, los momentos. Los MOMENTOS. El drama también está ejecutado a la perfección. Aliviado por el efecto del humor, toca el momento de llorar, y vaya con los lagrimones. Esta historia es tan dura, la de su personaje protagonista especialmente, que llevarla a cabo de cualquier manera sería un sacrilegio. Te hace compadecerte sin poner en un pedestal al personaje más gris de todos, para luego en conversaciones con su padre terminar comprendiendo del todo que es la mejor de la familia, y hace lo posible por que todos salgan del pozo en el que no son capaces de verse, y es que Fleabag es un personaje tan interesante que va cargada de emoción y de piedras por el camino. Los personajes crecen conforme Fleabag los va empujando, poquito a poquito, como son los empujones: bruscos pero a veces, necesarios. Lleva todo el peso en su espalda y le da unos matices al resto que son, sencillamente, increíbles.
Porque eso es la obra de Fleabag: sencilla pero emotiva. Efectiva, cínica, preciosa. Y los aspectos técnicos no se quedan atrás. Con poco presupuesto pero historias desgarradoramente reales, esta serie es la prueba de que con los recursos necesarios, una base fantástica y amor por la técnica, se puede hacer una obra maestra. El aspecto visual es el que debía ser, mostrando todo, en todo momento, parándose donde se tiene que parar. Los planos son una delicia, especialmente aquellos en los que Fleabag se muestra más frágil, vulnerable, volviéndose una cámara en mano desequilibrada, renqueante, acorde con el desajuste emocional y la tormenta que está viviendo la protagonista. Una banda sonora (compuesta por Isobel Waller-Bridge, hermana de Phoebe) que es efectiva y en la segunda temporada más aún, con coros y una composición que realzan la temática religiosa y más profunda que contiene. Y lo mejor es el montaje. Es tan sumamente útil y realiza una labor idónea junto al humor de las escenas, contribuye con nota a ello y sin ese montaje, el humor no sería el mismo. Ciertos cortes en los momentos precisos, hilando los planos y las escenas, cortando momentos, sonidos, que dotan a la serie de aún más humor o más desequilibrio emocional.
Lo dicho. Esta serie es sin duda 10/10. Una obra maestra del género sitcom, tragicomedia... La crítica perfecta y una representación brillante de las familias, el machismo, las personalidades diferentes, la modernidad, la vida laboral y mil cosas más, pero sobre todo es una oda al amor y al error, las consecuencias de nuestras personalidades en la sociedad y la manera de vivir en ella.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Uso la zona spoiler para los que en mi opinión son los mejores detalles, a nivel guion, de toda la serie:
-El busto robado, trabajo artístico de la madrastra de Fleabag, va pasando de mano en mano durante toda la serie. Es un motivo cómico que al final se revela su carácter metafórico y su profundidad: el busto está inspirado en el cuerpo de la madre de Fleabag. La madrastra se lo revela diciéndole que es curioso que, de entre todas sus piezas de arte, eligiera la que se inspiraba en su madre. Esto enfatiza la importancia y la influencia de la madre de la protagonista, algo que será mencionado por los personajes y especialmente por el padre de Fleabag durante sus diálogos a solas. Finalmente, Fleabag decide robar por última vez el busto después de devolvérselo personalmente a la mujer de su padre. Sin embargo, hace el amago de tirarlo a la basura en un último plano de la serie, aunque no termina haciéndolo y sigue caminando con él. Esto es muy importante, y una declaración de intenciones y de trasfondo: Fleabag intenta soltar esa necesidad de su madre, esa influencia que tiene, pero al final vacila y no lo hace. Para ella, su progenitora es vital, y no piensa dejarla ir.
-La frase de Boo al principio del sexto capítulo de la primera temporada: "that’s the very reason why they put rubbers on the end of pencils. Because people make mistakes”. Ése es el tema sobre el que gira toda la serie: la gente comete errores. Todo el tiempo. La sociedad es compleja, las relaciones pueden ir de lo más dulce al trauma más profundo en cuestión de un error, y eso es algo sabido por todos. Todos en la serie se equivocan, todo el rato, y Fleabag, que es la que ha cometido un error tan grave como para hacer que su mejor amiga se suicide, lo sabe perfectamente, e intenta por todos los medios ayudar a su familia y a su entorno para que no cometa errores tan grandes que ella ve fácilmente. Sabe lo que puede ocurrir, y su amor por su familia le impide pasar por alto las cosas que los hacen infelices.
-Por tanto, Fleabag no necesita un amor conyugal, no necesita una pareja a su lado. Necesita dar amor, todo el amor que le ha quedado de su madre y que tampoco puede dar a su amiga Boo ahora. El resto de su familia la ve como alguien con una personalidad complicada y excéntrica, cínica, aunque quizá es que no es tan fría ni tan comedida como ellos. Así, el último capítulo es catártico para todos los personajes, pero especialmente para Fleabag, quien ha conseguido que todos sus seres queridos sean felices y se den cuenta de los errores que cometían, pudiendo solucionarlos. Han sido francos, se han sincerado y ahora están más unidos, puede dar por fin ese amor que le era negado.
-El busto robado, trabajo artístico de la madrastra de Fleabag, va pasando de mano en mano durante toda la serie. Es un motivo cómico que al final se revela su carácter metafórico y su profundidad: el busto está inspirado en el cuerpo de la madre de Fleabag. La madrastra se lo revela diciéndole que es curioso que, de entre todas sus piezas de arte, eligiera la que se inspiraba en su madre. Esto enfatiza la importancia y la influencia de la madre de la protagonista, algo que será mencionado por los personajes y especialmente por el padre de Fleabag durante sus diálogos a solas. Finalmente, Fleabag decide robar por última vez el busto después de devolvérselo personalmente a la mujer de su padre. Sin embargo, hace el amago de tirarlo a la basura en un último plano de la serie, aunque no termina haciéndolo y sigue caminando con él. Esto es muy importante, y una declaración de intenciones y de trasfondo: Fleabag intenta soltar esa necesidad de su madre, esa influencia que tiene, pero al final vacila y no lo hace. Para ella, su progenitora es vital, y no piensa dejarla ir.
-La frase de Boo al principio del sexto capítulo de la primera temporada: "that’s the very reason why they put rubbers on the end of pencils. Because people make mistakes”. Ése es el tema sobre el que gira toda la serie: la gente comete errores. Todo el tiempo. La sociedad es compleja, las relaciones pueden ir de lo más dulce al trauma más profundo en cuestión de un error, y eso es algo sabido por todos. Todos en la serie se equivocan, todo el rato, y Fleabag, que es la que ha cometido un error tan grave como para hacer que su mejor amiga se suicide, lo sabe perfectamente, e intenta por todos los medios ayudar a su familia y a su entorno para que no cometa errores tan grandes que ella ve fácilmente. Sabe lo que puede ocurrir, y su amor por su familia le impide pasar por alto las cosas que los hacen infelices.
-Por tanto, Fleabag no necesita un amor conyugal, no necesita una pareja a su lado. Necesita dar amor, todo el amor que le ha quedado de su madre y que tampoco puede dar a su amiga Boo ahora. El resto de su familia la ve como alguien con una personalidad complicada y excéntrica, cínica, aunque quizá es que no es tan fría ni tan comedida como ellos. Así, el último capítulo es catártico para todos los personajes, pero especialmente para Fleabag, quien ha conseguido que todos sus seres queridos sean felices y se den cuenta de los errores que cometían, pudiendo solucionarlos. Han sido francos, se han sincerado y ahora están más unidos, puede dar por fin ese amor que le era negado.