El piano es una película que he ido a ver con bastantes ganas, esperaba un romance en condiciones aderezado por la fantástica música de Michael Nyman. Sin embargo, lo cierto es que ha sido una sonora decepción.

Es una película aburrida, principalmente porque lo que pasa no tiene demasiado sentido. Los personajes son bastante planos y la historia de amor se desarrolla de forma abruta y casi sin que te la esperes.

Aparte, la música que toca Ada, la protagonista, poco tiene que ver con las inclinaciones estéticas de la época y, aunque Holly Hunter toque las piezas mientras se graban, se nota que suenan grabadas en habitaciones completamente diferentes a aquellas en las que toca Ada. Puede parecer poco importante, pero se supone que la música es la que está tocando en ese momento, y escucharla como si estuvieras en un auditorio no juega a favor de la inmersión. Especialmente, al principio de la película lo toca en la playa y es donde más se nota.

Y, aunque en esto igual no se fija todo el mundo, en los personajes sí. Ninguno se salva de la quema, son todos inverosímiles y con poco carisma, incluso la protagonista (aunque Holly Hunter es muy expresiva y lo hace bien, el personaje no da para mucho). Si, como a mí, te parece floja la película, el final ya terminará de acabar con tu paciencia.

Lo mejor es que es bonita (visualmente hablando) y la música suena bien, a pesar de lo comentado antes. Sin embargo, la falta de coherencia y de desarrollo tanto de los personajes como de los hechos hace que se convierta en una sonora decepción, especialmente cuando se trata de una película bastante pretenciosa.