Partiendo de la base de que es un filme sin más pretensiones que hacer reír al público infantil y pasar un buen rato en familia hay que decir que la película no desilusiona en cuanto a estos principios. Pero si profundizamos más vemos que es bastante más floja que la primera, la cual considero una pelicula tronchante.
En esta ocasión se abandona por completo el mundo humano, que sólo sirve de excusa para dar un comienzo y un final a la historia del perro protagonista. Perro que se comporta igual que Luke (el protagonista de la primera parte). La mala maligna de la cinta resulta ser una gata con un ayudante (cuyo final es patético) que no se acerca ni de lejos al perverso y maligno Miguelín.
Pero bueno, se trata de una película corta, agradable y que te hará soltar alguna que otra carcajada aunque a mí me ha disgustado en demasía el abuso de la animación. Apenas son 5 minutos de metraje el tiempo total en que salen los perros como tales y no por ordenador. Considero esto como un lastre para este tipo de películas que juega con la baza de actores-animales que a veces lo hacen mejor que muchas personas.

En definitiva una película regular que para que un crío se ría no está nada mal. Pero si se busca pasar un buen rato y poder reírte de perros feos y estúpidos (con todo el cariño del mundo) es mucho mejor la primera parte.

Lo mejor: Poder ver de nuevo a Miguelín y la ardilla del final de la película.
Lo peor: El uso abusivo de la animación.