Una película interesante, entretenida y bien tramada, salvo por algún exceso innecesario que se explica en el spoiler. Una película de actuaciones correctas, destacando a un sugerente Hurt, en lo positivo, y a Dane Cook en la parte más floja, quizá porque su papel es el más inverosímil y, por tanto, el más exigente y complicado: nadie, medianamente sensato, se identifica con las estupideces que el personaje que encarna comete y acomete.

Entre los logros más destacables me quedo con el ardid narrativo de Marshall, el alter ego del protagonista, interpretado por Hurt. Omnipresente pero con intervenciones cortas y frases sintéticas, este pepito grillo nos permite conocer cómo discurren los pensamientos de un asesino en serie frío y exquisito, metódico y muy inteligente que eleva el asesinato a la categoría de arte.

Paralela a la del asesino, la historia que, sin mucho acierto, encarna Demi Moore se antoja menor, forzada en muchos aspectos y sin alcanzar nunca un antagonismo convincente. La cinta decae mucho cuando se centra e intenta involucrarnos en las vicisitudes de la detective. Es con mucho lo peor resuelto del guión.

No obstante, la película mantiene el interés en todo momento con giros y complicaciones que rematan en un final acertado y sorprendente. Recomendable.