Bueno, pues como bien indico en el título, cuando acabé de ver la película, solo pude pensar -acabo de ver un punto y aparte en el cine de este nuevo siglo- mientras me arrepentia de no haber visto esta maravilla en una pantalla de cine.

Antes que nada, quiero exponer que no soy un fan de todo lo que huela a sci-fi rollo battlestar galáctica y rollos de esos, tampoco de las pelis basadas en efectos especiales y ordenador como 300 entre otras, pero si que me gusta ver peliculas que tengan un fondo, donde el tema tenga más profundidad que el "chico conoce a chica", donde el director intente ensanchar o reorganizar lo normal y mundano. Porque al fin y al cabo, el cine puede ser como la literatura, donde puedas vivir experiencias imposibles en la realidad, sumergirte en mundos nuevos, hiperboles del mundo que conocemos, y no todo tienen que ser dramas del día a día, que uno ya tiene suficientes dolores de cabeza con su propia existencia.

Cuando voy al cine quiero y exijo de un buen film que me haga soñar, que me traslade a otros lugares, que me transmita emoción, ya sea por el dramatismo tangible de un asesinato, o porque me muestra la subrrealidad de un mundo virtual llamado Matrix. Todo eso es lo que he encontrado en Origen.
Sinceramente, el último impacto parecido que tuve fue cuando vi Matrix, la primera. Ese argumento y como el guión te muestra algo tan complejo y demás me resultó fascinante.

En Origen pasa un poco lo mismo. realmente no tengo ningun pero, a excepción de abusar un poquillo de escenas de acción con efectos especiales, como el escenario de la nieve, y haber prescindido de más diálogos con profundiad.
Aun así, es escepcional, y sinceramente no comprendo a la gente que dice que es un bodrio, aburrida, fria, que si no me entero etc. Hombre, si solo quieres ver puñetazos, tetas y chistes malos entre maderos, esta no es tu peli, y seguramente los Seagal, Jolies y compañia te lo agradecerán. Pero creo que no hay que ser Enstein para cojer toda la esencia de Origen.

Lo mejor, como se van entrelazando y juntando las piezas del puzzle, haciendo que todo empiece a cuadrar de forma increible. Sinceramente, el artífice de ese argumento ha tenido que sudar tinta.