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España España · Granada
Voto de Kikivall:
10
Drama A la muerte de su hermana Rosa, Tula recibe en su casa la compañía de su cuñado Ramiro. La convivencia entre Tula y su cuñado, al principio, no está exenta de roces y tensiones, sobre todo cuando Emilio, que desea casarse con Tula, pretende que Ramiro haga valer su influencia sobre ella para facilitarle sus planes de boda. Pero Ramiro se siente atraído por su cuñada, atracción que se ve favorecida por la vida en común. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La tía Tula” es el título de una de las mejores novelas españolas del pasado siglo, escrita por don Miguel de Unamuno en 1907 y publicada en 1921. Esta novela incluye como factor diferencial en la obra unamuniana, la presencia de un erotismo sutil en ocasiones explícito.

Este film es una gran adaptación de la novela de Unamuno, aunque deja al margen algunos aspectos de la obra literaria, lo que no le resta en absoluto mérito al libreto escrito por José Miguel Hernán, Luis Sánchez Enciso, Manuel López Yubero y propio director del film, Miguel Picazo.

Miguel Picazo ha sido un personaje atípico en la cinematografía española; como él mismo admitió: “La verdad es que he hecho muy poco cine… Tendría que haber rodado más… pero no me he vendido bien, no he conectado con los productores”. Sin embargo, Picazo es un director de culto, entre otras, con este su primer largometraje del que el mismísimo Buñuel afirmó que “era la mejor película española que había visto nunca”.

Esta película tuvo un extraordinario éxito en el Festival de cine de San Sebastián en 1964, donde fue premiada como mejor película. De manera que Picazo, aventajado alumno de la Escuela de Cine en su momento, dio un auténtico campanazo con esta obra emblemática que es ya parte de nuestra Historia cinematográfica con mayúsculas.

Además de una gran dirección y un enorme guión, es excelente la fotografía de Juan Julio Baena en blanco y negro, llena de tonalidades y claroscuros muy significativos; sin olvidar la excelente utilización de los planos secuencia. Completa una música de gran nivel que arropa el film de Antonio Pérez Olea.

En el reparto destaca por sobre todo una desconocida y mesurada Aurora Bautista que logra con esta película el papel de su vida, su mejor trabajo. Picazo logra que la ya venerada diva en aquel momento, de forma delicada y con un registro dramático contenido pero intenso, haga un trabajo memorable para su carrera y para nuestro cine. Está muy bien en su rol de viudo joven y ardiente el actor argentino Carlos Estrada, que incluso físicamente da la talla para el papel. Enriqueta Caballeira muy bien, en su momento fue considerada por el Círculo de Escritores Cinematográficos como mejor actriz de reparto. Irene Gutiérrez Caba, grande como siempre. Laly Soldevilla alegra y da el toque de humor, propio de las mujeres de aquellos entonces. O Lola Gaos, magistral. Los actores y actrices hacen un trabajo conjuntado y armónico de lujo.

Esta obra se considera dentro del movimiento de nombre “Nuevo Cine español”, que incluía la tendencia característica de los años sesenta de abordar los problemas y avatares de la sociedad española de la época con gran realismo. Además de Picazo, puedo recordar directores importantes dentro de este movimiento como Víctor Erice o Carlos Saura. En esta línea, esta película es un auténtico retrato psicológico y social que Picazo supo trasladar de los principios del pasado siglo cuando fue escrita la novela, a aquellos inicios de los sesenta cuando la moral, el puritanismo y la hipocresía, campaban por sus respetos, obligando sobre todo a las mujeres a vivir con intensas contradicciones interiores; contradicciones poderosas e inabordables: por un lado, una severidad y moralidad sin concesiones; por otra parte, una biología en ebullición movida por el deseo, pero contenida por el temor al pecado y a cualquier relación amorosa que pudiera derrumbar la regularidad y la aparente monotonía que envolvía la vida de la protagonista en el caso que nos trae: Tula.

Este es una una obra muy importante, que se fija en la memoria y te hace pensar en asuntos significativos de la vida; o sea, que no te deja indiferente, ayer ni hoy, pues si cuando la vi hace años ya me impresionó, ahora que la he vuelto a visionar, me sigue pareciendo un lujo que mantiene toda su vigencia. Un auténtico documento social que sale en defensa del valor de la mujer en el mundo, y una obra maestra del cine español.
Kikivall
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