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España España · Granada
Voto de Kikivall:
6
Thriller. Acción. Intriga La feliz vida familiar y la brillante carrera del abogado Robert Clayton Dean están a punto de desmoronarse, cuando llega a sus manos una cinta de vídeo que contiene imágenes del asesinato de un miembro del Congreso de los Estados Unidos, en el que aparecen involucrados agentes del Gobierno. (FILMAFFINITY)
14 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tony Scott dirige con profesionalidad y oficio este thriller, conducido por un guión bien ensamblado si bien bastante ficticio de David Marconi. Aceptable música de Trevor Rabin y Harry Gregson-Williams, y buena fotografía de Dan Mindel.
El reparto es excelente con actores de primera línea como Will Smith, suelto y con su característica vis cómica en el papel de abogado listo; Gene Hackman, un hombre duro y avezado, para mí el mejor de todos; Jon Voight, como siempre excelente actor; Lisa Bonet guapa actriz y buen rol como colaboradora del protagonista; Jason Robards, siempre genial, aun en su breve intervención.
Estamos ante uno de tantos thriller americanos de los años noventa que tanto gustaban al público. Y la verdad, no hay que negar que se trata de una película trepidante, efectiva, con buena factura pero un poco-bastante fantástica, o sea, poco convincente. Will Smith en problemas, la Agencia de Seguridad Nacional en pleno le persigue, demasiada persecución, un exceso de satélites con demasiada resolución –sobre todo para la época-, un guión de fáciles requiebros y entramados inverosímiles. Para quien le guste todo este lío de balaceras, carreras a pie, en coche, en bicicleta, pseudoespionaje baratillo pero molón o espectáculo Made in USA, esta es su peli.
Además está el tema de la lógica. Y es que una y otra vez, el guión se salta el imperativo de la lógica y de la realidad con escenarios e imágenes prácticamente imposibles, donde las cosas no casan o si lo hacen es de manera muy forzada. O sea, mucho de ciencia ficción y unas pizcas, pero abundantes, de surrealismo. Y no es que yo pretenda que el cine sea realismo puro, o que se atenga a las meras reglas que rigen la vida cotidiana, pues para eso nos apostamos en una esquina y vemos a la gente pasar, lo cual que por cierto, hasta nos podría divertir. Pero aunque una peli no tenga porque ser un reflejo fiel de la realidad, tampoco puede ser la locura total, el delirio o la salida del tono en una historia que pretende ser veraz, tal el caso de este film que comento aquí.
Esta película fue un éxito de taquilla y aceptación de parte del público, por lo tanto, no le vamos a negar la mayor. Es una aceptable película de acción, que suscita emoción en algunos de sus pasajes, que ofrece distracción, pues tiene su ritmo, tiene su trama, y es un trabajo profesional de parte de todos los participantes. Ahora sí, no es para tirar cohetes, ni mucho menos.
Kikivall
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