Ese Bill Murray entrando en el dentista, era el único capaz de interpretar esos 5 minutos de película de los que te acordarás siempre: el antiguo papel de Jack Nicholson. Quien más podía hacer tan demencial papel y que quedase tan perfecto? De los momentos musicales, que decir de la voz de Ellen Greene? Desgarradoramente bella y perfecta, llega a tonos y matices de ensueño. En Suddenly Seymour es imposible no acordarse de La Sirenita o Grease.
Los efectos especiales de la planta son espectaculares, la planta no puede ser más fresca, descarada, sinvergüenza, y la verdad te hace reír. Esos morritos... ay! Esta muy bien hecha, se nota la mano de Frank Oz, que la verdad la hace un personaje muy real. Quien quiere efectos digitales teniendo al creador del mismísimo Yoda, Dentro del Laberinto, los Teleñecos o Cristal Oscuro haciendo muñecos de verdad? En fin nada que decir de esta joya del cine ochentero que no se haya dicho ya: recomiendo redisfrutarla de vez en cuando porque es una delicia para los sentidos.