"Ocean's eleven" mantiene su paralelismo con "Piratas del Caribe": ambas fueron dos grandes películas que han ido degenerando con sus secuelas a la par que aumentando enormemente las arcas de sus ya de por sí acaudalados productores. Si la primera parte fue una película genial, "Ocean's twelve" resultó un cúmulo de despropósitos donde sólo brilló ese fenómeno llamado Bruce Willis, en una breve pero intensa autointerpretación. Teniendo esto en cuenta, no es que "Ocean's thirteen" sea una gran película, pero recordando el film anterior, gana muchos enteros. El guión parece un pequeño apaño de la primera parte, aunque en esta ocasión es excesivamente previsible. El argumento se repite: un gran atraco motivado por venganza, con un ritmo relativamente lento para una historia de timadores, pero con ciertos momentos cómicos que hacen más llevadera la trama. Los diferentes caracteres repiten sus roles, aunque Pitt y Clooney bajan bastantes enteros con respecto a la película original. Hablando del elenco, Matt Damon vuelve a conseguir no ser el peor del reparto, pero no por méritos propios, sino por la presencia del siempre apático y mediocre Vincent Cassell (Pacino y García pasan bastante desapercibidos). Por su parte, Soderbergh intenta un pequeño virtuosismo en un momento del metraje con secuencias a lo "Thomas Crown", dividiendo la pantalla en varias partes en el inicio de la ejecución del plan, pero sin lograr el éxito que otros han cosechado con este arte, como por ejemplo, la espectacular serie "24". En resumidas cuentas, una historia simpática que no resultará desagradable al espectador, pero que no creo que enganche a nadie para un segundo visionado.