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Voto de Eden:
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Thriller. Drama
Buscando un futuro mejor, Óscar Ramírez y su familia dejan los campos de arroz del norte de Filipinas y viajan a la asfixiante y peligrosa ciudad de Manila. Tras una llegada accidentada, Óscar se considera afortunado cuando le ofrecen un empleo estable en una compañía de camiones blindados, y pronto hace amistad con su compañero Ong. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre una historia arquetípica y con unos personajes de trazo grueso, el fotográfo de moda, director y guionista Sean Ellis (Brighton, 1970) consigue mantenerte alerta hasta el final. Y eso no es fácil, nada fácil. Lo fía con acierto al poder intimidante de la gran ciudad -pocos escogerán Manila como destino de vacaciones tras ver la película-, verdadero catalizador de la trama.
Óscar Ramírez es un ingenuo campesino y ex militar que arrastra a su pequeña familia a la arena, a la supervivencia en un entorno hostil. Es engañado, timado y vituperado. Se arruinan. Encuentra un empleo que entraña un enorme riesgo mientras su mujer solicita el ingreso en un lupanar en el que también quieren reclutar a la niña mayor... Una caída en desgracia absoluta jalonada de diálogos demasiado explícitos.
Se masca la tragedia, quizás se la ve venir. Pero no te vencen el tedio ni el suspiro -acaso el déjà vu-, sino que te quedas pegado al asiento, disculpando algún delirio de guión y sabiéndote protegido en tu jaula tecnológica de primer mundo.
Óscar Ramírez es un ingenuo campesino y ex militar que arrastra a su pequeña familia a la arena, a la supervivencia en un entorno hostil. Es engañado, timado y vituperado. Se arruinan. Encuentra un empleo que entraña un enorme riesgo mientras su mujer solicita el ingreso en un lupanar en el que también quieren reclutar a la niña mayor... Una caída en desgracia absoluta jalonada de diálogos demasiado explícitos.
Se masca la tragedia, quizás se la ve venir. Pero no te vencen el tedio ni el suspiro -acaso el déjà vu-, sino que te quedas pegado al asiento, disculpando algún delirio de guión y sabiéndote protegido en tu jaula tecnológica de primer mundo.